El incremento en popularidad y deseabilidad de los abrigos de plumas de Moncler no es una casualidad, sin embargo. Se pueden enumerar varios motivos que hacen de estos abrigos de lujo una inversión a considerar.
Por un lado y más a corto plazo, tal y como enumeró Lyst en su informe trimestral, está la llegada de la temporada invernal, clave en el despegue de las ventas de plumíferos y prendas térmicas, y la absorción a nivel empresarial de Stone Island, una marca de lujo también italiana.
Por otro lado y más a largo plazo, se tiene en cuenta tanto la cada vez mayor popularidad de los plumíferos sobre la pasarela y en las urbes internacionales, sobre todo tras el aterrizaje de la tendencia après-ski al asfalto, y la influencia del streetwear de mediados de la pasada década, código ahora fusionado con el formalwear que ha facilitado la integración del abrigo de plumas en el armario masculino. Fíjate, si no, en Justin Bieber y su modelo de Dior Men.
Tampoco es baladí en la presente irrupción de los plumas de Moncler el impulso del programa Moncler Genius, una propuesta para dar voz a diseñadores jóvenes y emergentes como Craig Green, Simone Rocha y Richard Quinn que se encargan de recodificar sus piezas desde su propio prisma creativo, rejuveneciendo así una prenda hecha para perdurar en el tiempo.
De corte minimalista, tanto con capucha como sin ella y en una infinidad de colores tanto sobrios como estridentes, los abrigos de plumas de Moncler son la inversión más preciada de la temporada invernal a día de hoy. Una reliquia hecha pluma… literalmente.
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