Jason Wu hizo lo que pocos diseñadores osan esta Semana de la Moda de Nueva York: montó un desfile el domingo 13 de septiembre, ante una pequeña audiencia en vivo, en medio de una pandemia. ¿Por qué? “Creo que el mundo necesita belleza y optimismo”, dijo el diseñador a The Associated Press tras la presentación con tema de playa. “La Semana de la Moda de Nueva York no está acabada. Es fuerte. Estamos aquí... Todos podemos estar seguros, estar reunidos y celebrar”.
La terraza de Spring Studios se convirtió en un oasis tropical.
Con 30 modelos en una pasarela de madera rodeada por plantas tropicales y arena en una azotea en el sur de Manhattan, Wu sentó a 36 invitados a una distancia segura y los transportó a Tulum, en el Caribe mexicano, donde se casó. A cada uno le tomaron la temperatura y le hicieron responder un cuestionario de salud antes de que tomara asiento.
Wu vistió a sus modelos en amarillos, naranjas y rosados tropicales.
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El desfile fue transmitido en vivo en una plataforma digital donde la mayoría de los diseñadores presentaron sus colecciones sin las usuales multitudes esta temporada abreviada de la Semana de la Moda que abrió el domingo pasado y que concluye hoy. Christian Siriano y Rebecca Minkoff están entre los que decidieron hacerlo en persona, con públicos reducidos.
Las prendas que Wu presentó, con Indya Moore entre sus modelos, son parte de una línea primavera 2021 más casual para mujeres. El modisto vistió a sus modelos en amarillos, naranjas y rosados tropicales. Algunos vestidos veraniegos tenían alegres estampados florales.
Las modelos también lucieron sombreros de ala ancha y, más acostumbradas a los tacones súper altos, llevaron una prenda del momento: sandalias de tiras estilo Teva sobre suelas de goma planas, decoradas con lazos y cuentas.
Para su saludo al final del evento, Wu usó una mascarilla que diseñó con las palabras “Distance Yourself from Hate”, o “Distánciate del odio”. Es el nombre de una campaña en sociedad con la agencia de talento The Collective Shift y la organización contra el VIH y sida GMHC en Nueva York, su hogar por más de 20 años.
Las ganancias de los cubrebocas de 30 dólares, que le dio a cada invitado, irán a personas necesitadas en la ciudad. Además, las sillas blanco y negro usadas por su pequeño público se donarán a un nuevo comedor de GMHC donde la organización sirve más de 350 comidas al día cuando trabaja a capacidad. Más de 2.000 mascarillas se han vendido desde junio.
Wu diseñó las sillas como pate de una colaboración con la cadena de tiendas Lowe’s. La experiencia en general, aunque breve, fue en parte una carta de amor a Nueva York y una “minivacación”, dijo Wu, quien no ha visto a su familia en Taiwán desde que la pandemia comenzó. “Por un segundo, siento que estoy en el paraíso”, expresó.