PASARELASLa colección de otoño-invierno 2020/2021 de la ganadora de 2017 del premio LVMH continúa usando la moda como catalizador de un debate más amplio sobre los temas que más preocupan en la actualidad. Su mayor foco, el cambio climático
Por Liam Freeman
Esta temporada, Marine Serre ha decidido que el enclave de su desfile sea Le Centquatre, una antigua funeraria en el XIXème arrondissement parisino que ahora vive una segunda vida como centro cultural multiusos. Un lugar idóneo para una diseñadora que apuesta tan fuerte por acabar con las costumbres derrochonas del mundo de la moda recuperando productos que pueden tener otra vida.
Serre, ganadora del premio LVMH de 2017 al diseño joven, ha creado alrededor del 50 % de su colección de otoño-invierno 2020/2021 con telas recicladas. La colección se llama Mind Melange Motor, un título abierto a la interpretación (“No quiero decirle a la gente lo que debe pensar”, dice). Se inspira en la saga de ciencia ficción Dune de Frank Herbert; la melange es el nombre de una droga ficticia central en las novelas, donde se refieren a ella como “la especia” que despierta la conciencia y aumenta la esperanza de vida.
La diseñadora de 28 años nos cuenta cómo planea continuar creando prendas que sean duraderas y que, a la vez, nos conviertan en consumidoras más responsables.
La invitación para el desfile de la colección otoño-invierno 2020/2021 llegó en forma de cuadernito de Papier d’Arménie (un papel aromatizado que se quema como si fuera incienso). ¿De dónde sale la idea?
Para esta temporada hemos hecho una colaboración con Papier d’Arménie, siempre lo uso en casa. Cuando empecé a diseñar la colección, pensaba en cómo se quedan las cosas después de quemarse y secarse. Publicamos una película en Instagram para nuestra colección de primavera-verano 2020, Marée Noire, y las escenas que vemos, una mujer caminando por un paisaje industrial con vestido de capucha y erupciones volcánicas a su alrededor, son el punto de partida del desfile de otoño-invierno 2020/2021.
Así que, básicamente, anuncias esta nueva temporada con tus creaciones de la anterior, ¿no?
Exacto, me gusta que haya un hilo de continuidad en todo lo que hago; hacer que las cosas sean más fluidas, llevar más allá los límites de la creatividad, repensar los códigos de la moda y la manera de transmitir mi trabajo. Si no, acabas por repetirte: saca la colección, preséntala, haz fotos de la campaña, etc. Y todo sin cuestionarte tu marca o la industria como todo.
¿Los temas de actualidad (como los incendios en el Amazonas o los de Australia) han avivado las ideas alrededor de la noción de fuego?
Hay noticias de incendios por todas partes, es terrible, yo utilizo la moda como altavoz para hablar de lo que pasa en el mundo en lugar de como punto de fuga. La idea de esta colección ha estado macerándose un tiempo; en 2017, los incendios de Portland (Oregón, Estados Unidos) me pillaron justo allí. Iba conduciendo por las montañas y acabé rodeada de nubes de humo.
Al final de la película que hicimos, la mujer, como por arte de magia, apaga el fuego, como si fuera una diosa. Nos inspiramos en diferentes relatos históricos, como el de Moisés cruzando el Mar Rojo. Me gusta jugar con lo real, pero también introducir algún elemento sobrenatural o de esperanza. Si nos fijamos en lo que está pasando en el mundo, la cosa pinta muy fea y estamos condenados como no empecemos a cambiar las cosas. La gente piensa que soy distópica, pero, en verdad, soy realista; siempre me pregunto, ¿cómo podemos poner este debate encima de la mesa? ¿Cómo nos aseguramos de que no vuelva a pasar?
Tu estampado de luna creciente tiene quemaduras…
De hecho, quemamos trozos de papel y los usamos como imágenes para crear el estampado digital. También sirvió para hacer los vaqueros “quemados” de tela vaquera reciclada que teñimos de amarillo.
¿Cómo diste con las siluetas de la temporada?
Pensaba en cómo crear un idioma sartorial que no se hubiese visto mil veces; hemos aumentado la producción de ropa masculina para esta temporada por la gran demanda que hay. Quiero que la ropa nos haga sentir protegidos, que sea funcional; un drapeado en una chaqueta de pata de gallo forma un bolsillo, por ejemplo. Al mismo tiempo, tampoco me gusta ponerme muy seria, por lo que he acompañado algunos de los looks más sartoriales con esos tubos largos y acolchados de colores brillantes que pueden llevarse a modo de bufandas. También tienen bolsillos, por lo que te evitan tener que llevar bolso. Y también hay un vestido acolchado con capucha al que hemos bautizado como “la santa sororidad”.
¿Cómo has seguido desarrollando tus prácticas de reutilización?
El reto es que las prendas de material reciclado resulten atractivas. He utilizado alfombras de Bélgica para hacer un vestido en el que te metes como si fuera una camiseta; otro vestido y una chilaba para hombres son de fundas de cojines bordados de algodón blanco, y también hemos confeccionado chaquetas con restos de stock de cuero y mantas de pelo sintético. También tenemos muchas prendas de punto; he diseñado un vestido hecho con tres sudaderas unidas con punto de cobertura para que no haya el más mínimo desperdicio. Ser moderna y creativa no es excusa para desperdiciar recursos.
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Las tendencias de otoño-invierno 2020/2021 de la Semana de la Moda de Milán
10 Fotos
Por María José Pérez y Marina Valera
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