Tanto en ese desfile como en todos los demás había corresponsales de prensa de China, Japón, Rusia y Estados Unidos, aunque todos radicados en Europa. Los redactores de moda de The Guardian y The Sunday Times también habían hecho el viaje. Y aunque disminuyó significativamente la cantidad de compradores que acudieron en persona, los que lo lograron,desde Tsum de Moscú hasta Selfridges, Harrods y Harvey Nichols de Londres, también compartían grada.
Una gran ventaja de asistir presencialmente a una semana de la moda es que compartes perlas de sabiduría con el resto del mundillo. Gracias a sendas recomendaciones de dos respetados colegas italianos, me desvíe de la ruta para ver Vitelli, una excelente marca italiana de prendas de punto sostenibles que coopera internacionalmente. Una gran desventaja de asistir presencialmente a una semana de la moda es que no paras, razón por la cual no he podido escribir aún sobre Vitelli (pero lo haré).
Después de Valentino, el domingo, me tocó hacer de jurado en el certamen Milan Fashion Graduate, donde se reconoció merecidamente la colección de Giulia Barbieri. Después, me reuní con el presidente de la Camera Della Moda, Carlo Capasa, y le pregunté, con la semana ya prácticamente terminada, qué pensaba de cómo había funcionado todo. Su respuesta fue: “Creo que ha sido todo un éxito porque no hemos podido hacer nada más. Esta es la situación que hay. Y tenemos que lidiar con ella. Antes de esta semana, se pensaba que no se iba a poder realizar ningún desfile físico, y al final no han sido tantos como de costumbre, pero sí bastantes. Y cierto, sí, como tú dices, por desgracia no ha habido tantos periodistas ni tantos compradores como de costumbre, pero lo positivo es que en ningún momento me ha llegado que nadie se sintiera inseguro o que no se estuviera dando a la salud la máxima prioridad”.
Cuando le pregunté sobre el titular de Le Figaro, Capasa fue muy diplomático –y dado que el 'fiasco' vaticinado jamás tuvo lugar, vaya si lo fue–. Resulta que el titular se equivocaba. Pero en fin, en este momento tenemos que estar unidos, Italia, Francia, Inglaterra, Estados Unidos. Tenemos que unirnos y encontrar nuevos formatos con que seguir adelante. Porque detrás de todos esos vestidos que vemos, está el sustento de mucha gente y tenemos que esforzarnos por protegerlo. Hay una especie de rivalidad entre las semanas de la moda, pero en última instancia, somos parte del mismo organismo y todos queremos que nos salgan las cosas bien… Así que vamos a intentar contribuir todos a que haya esa buena energía que necesitamos en la moda y a definir nuevas maneras de funcionar para poder seguir siendo creativos y productivos”.