PoderO la crónica de un nombramiento anunciado, preparado y anticipado por el diario económico más influyente del mundo.
Por P.S.
“En la primera semana creí que no sobreviviría”. En su única entrevista hasta la fecha Marta Ortega Pérez (Vigo, 1984) se mostraba totalmente sincera sobre el primer trabajo que desempeñó en Inditex, la compañía que presidirá desde el próximo mes de abril: el de dependienta en uno de los más de 7.000 establecimientos que Zara tiene repartidos por 93 países del mundo. En concreto, en el de Oxford Street (Londres), donde Ortega dobló camisetas como una empleada más. “La tienda es la experiencia real dentro de Inditex. El resto de puestos está subordinado. Es mucho trabajo físico, pero es el lugar en el que se está en contacto con la moda y el cliente y de donde se sacan las conclusiones para el diseño. Me consta que a Marta le encantó”, contó en su día a esta revista una persona de su equipo.
Efectivamente, lo que en la cultura empresarial de Inditex denominan “la experiencia en tienda” es uno de los pasos ineludibles a la hora de desarrollar una carrera profesional en la compañía fundada por Amancio Ortega en 1985. Y, en su camino hacia la presidencia, Marta Ortega Pérez lo cumplió sin vacilar, tal y como hacen sus 162.000 trabajadores.Y es que tal y como reconoció en la ya famosa entrevista del Wall Street Journal, “estaré donde la empresa me necesite”. Hace 15 años, en la tienda. Desde el próximo mes de abril, en la presidencia.
De Oxford Street Ortega Pérez, que para entonces ya se había licenciado en Ciencias Empresariales en la Escuela de Negocios Europea de la Universidad de Londres, donde se especializó en empresariado internacional, dio el salto a la central de Bershka –otra de las marcas de Inditex– en el polígono empresarial de Tordera (Barcelona). De ahí, la joven pasó a Arteixo, la sede de la compañía en La Coruña donde, aunque su formación académica se había orientado hacia la gestión, pudo desarrollar su verdadera pasión: la moda y la vertiente más creativa del negocio. En Arteixo, sin despacho aparte ni cargo definido, sus compañeros la definían como “la mano derecha” de Beatriz Padín, directora de Zara Woman y, a su vez, mano derecha de Amancio Ortega.
La labor de Ortega Pérez ha sido clave para que, en los últimos tiempos, Zara haya desarrollado lineas de producto con un fuerte componente de diseño. Es el caso de Studio o SRPLS.Durante años, además de realizar lo que en la compañía definen como “viajes de inspiración” y de cubrir puntualmente las semanas de la moda, en concreto las de Nueva York –donde desfilan dos de sus diseñadores favoritos, Alexander Wang y Narciso Rodríguez, con quien le une además una gran amistad– y la de la alta costura de París –no se pierde el pase de Valentino, ya que es íntima de Pierpaolo Piccioli, autor de los cuatro vestidos que lució en su boda con Carlos Torretta y uno de los invitados al enlace–, se ha encargado de fichar a los estilistas más influyentes del sector, como Marie-Amelie Sauvé, Karl Templer y Suzanne Koller, para las campañas de la marca, que suelen inmortalizar fotógrafos como Steven Meisel o Mario Sorrenti, colaboradores habituales de las grandes casas de moda como Chanel, Dior o Prada y de revistas como Vogue. Un rol que ella misma describe a la perfección: “Tender puentes entre las pasarelas y la calle, el pasado y el presente, la tecnología y la moda, el arte y la funcionalidad”.
Fue precisamente Meisel el encargado de retratarla para la entrevista del WSJ que anticipó, de alguna manera, su nuevo papel en Inditex, y de la que se desprendían detalles que cobran hoy especial relevancia. Por ejemplo esta declaración del CEO de la empresa, Pablo Isla –"es muy humilde, pero tiene una opinión de todo”; otra de la protagonista, asegurando que le gustaría permanecer "cerca del producto. Creo que es lo que mi padre siempre hizo”. O, sobre todo, el título del reportaje: Marta Ortega Pérez: el arma secreta de Zara.