Tan solo cinco meses después de su salida a Bolsa en Nueva York, la tecnológica Didi, la principal plataforma china de trasporte compartido (con un modelo similar al de Uber), ha anunciado este viernes sus planes de retirarse de Wall Street y de preparar “inminentemente” su salida a la Bolsa en Hong Kong. Se trata de un giro de 180º, con el que la compañía fundada por Will Cheng Wei en 2012 inclina la balanza a favor de los reguladores chinos, tras casi medio año de tensiones: siguiendo su debut en el mercado de valores estadounidense, Pekín inició una investigación sobre la compañía por presunto uso indebido de los datos de los usuarios.
A pesar de que el Gobierno chino no ha revelado el resultado de las pesquisas contra Didi, la empresa ha comunicado este viernes a través de su cuenta oficial de Weibo (el Twitter chino) que la decisión se ha tomado “tras un minucioso estudio”, y que “comenzará los trámites para retirarse de la Bolsa de Nueva York e iniciará el proceso de salida en el parqué hongkonés inmediatamente”. En otro mensaje publicado en su página web, asegura que el Consejo de Administración ha autorizado la decisión y que se convocará una junta de accionistas para votar la propuesta de que “los títulos que cotizan en EE UU sean convertibles en acciones libremente negociables de la empresa en otro mercado de valores reconocido a nivel internacional”.
Didi Chuxing controla alrededor del 90% de la industria de vehículos compartidos en la nación más poblada del planeta y ofrece servicios en 16 países. Es todo un gigante de su sector, hasta el punto de llegar a absorber en 2016 todas las operaciones de la estadounidense Uber en China. Se calcula que, solo en el gigante asiático, cuenta anualmente con unos 400 millones de usuarios activos y 13 millones de conductores.
“Es posible que las acciones de Didi no coticen con el mismo valor en Hong Kong. Todo apunta a que ese precio será más bajo, dado que habrá un control estricto por parte del Estado sobre el uso de los datos personales de los usuarios”, opina Shifara Samsudeen, analista del centro de investigación Lightstream Research. “El Gobierno está alertando a la industria de internet en China para que esté lista ante el posible aumento de las regulaciones. Esto también tendrá implicaciones en el exterior: es probable que los inversores extranjeros no estén dispuestos a comprar acciones de las tecnológicas chinas durante un tiempo”, añade.
De acuerdo con una investigación de Reuters, China había iniciado una investigación por prácticas antimonopolio sobre la compañía en junio, antes de que saliese a Bolsa. A pesar de las supuestas peticiones del Gobierno de posponer la operación, la noche antes de que el Partido Comunista chino celebrase su centenario, Didi debutó en el mercado bursátil estadounidense recaudando unos 4.400 millones de dólares (3.895 millones de euros) —la mayor salida a Bolsa en ese parqué en lo que iba de año— y situando su valoración de mercado en unos 80.000 millones de dólares (70.819 millones de euros).
Dos días más tarde, la Administración del Ciberespacio de China inició una investigación sobre la empresa bajo el pretexto de proteger la “seguridad nacional y el interés público”. Los reguladores chinos ordenaron a las tiendas de aplicaciones móviles del país que eliminaran las 25 apps operadas por Didi, alegando que violaban “las leyes y regulaciones nacionales, por recopilación indebida de datos y mal uso de la información de los usuarios”. Asimismo, obligó a la compañía a bloquear el registro de nuevos miembros en su plataforma. Cinco meses después, la empresa continúa bajo investigación y, desde entonces, el valor de sus acciones se ha desplomado casi un 45%.
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Pekín lleva meses poniendo la lupa sobre sus gigantes tecnológicos, una decisión que se ha ganado tanto defensores como detractores. Los analistas aplauden que se aumente la regulación sobre el uso de datos de los usuarios, al tiempo que crece el temor a que se dañe la competitividad del sector. Tras el caso de Didi, EE UU ha endurecido los requisitos para las empresas chinas que quieran salir a Bolsa en Wall Street. Entre las nuevas medidas, a las firmas de esta nación asiática se les exige aclarar de manera explícita si cuentan con el permiso del Gobierno para cotizar en el mercado bursátil estadounidense.
Nan Li, profesor asociado en la Facultad de Finanzas de la Universidad Jiaotong en Shanghai, opina que la retirada del parqué neoyorquino “es la única opción que tiene Didi para sobrevivir”. Agrega que, sin embargo, “puede ser positivo para los inversores de Wall Street. Creo que Didi no cumplirá con los requisitos necesarios para salir a Bolsa hasta que no separe los servicios de la plataforma de datos y los servicios financieros, y establezca protocolos efectivos para administrar y garantizar que los viajes son seguros y de calidad”.