A través de “Create Better: Innovating Towards a Sustainable Future”, WGSN y la Copenhagen Fashion Week analizan el potencial de la innovación en pro de un futuro más sostenible.
|10.11.2021| Exponemos a continuación las principales conclusiones del estudio “Create Better: Innovating Towards a Sustainable Future” elaborado por WGSN con la colaboración de la semana de la moda de Copenhague.Aunque el informe incluye datos sobre varios segmentos (Fashion, Beauty, Food & Drink, Interiors y Consumer Tech), nos centraremos en las conclusiones referentes a la industria de la moda.
Para hacerlo, reproducimos las palabras de Cecilie Thorsmark, directora ejecutiva de la Copenhagen Fashion Week: «la industria de la moda está cambiando su enfoque con el objetivo de reducir el impacto socio-ambiental de su actividad. Algunas de sus apuestas son las fibras cultivadas de forma regenerativa, la asociación con comunidades de artesanos, los diseños atemporales con una larga vida útil, los envases resido cero y biodegradables o las colaboraciones entre industrias».
Abastecimiento regenerativo
La agricultura regenerativa cambiará las reglas del juego para muchas industrias, garantizando un suministro más responsable. Las prácticas agrícolas regenerativas mejoran la calidad del suelo y la biodiversidad.
Para que una marca de moda avance hacia el abastecimiento regenerativo, todos los eslabones de la cadena deben estar alineados con este tipo de prácticas agrícolas. Ese proceso educativo empoderará a los equipos de diseño y aprovisionamiento para priorizar los materiales naturales regenerativos.
Desde un punto de vista creativo, los equipos de diseño pueden apostar por el uso de lino y cáñamo procedentes de cultivos regenerativos; o priorizar la certificación ROC de Regenerative Organic Alliance para algodón, lana, cachemira y cuero.
Estrategias de negocio
A la práctica, el abastecimiento regenerativo se puede conseguir a través de programas de suministro intencional que alienten a las comunidades globales de cultivo de fibra a reevaluar y mejorar sus prácticas. Se puede empezar por los materiales naturales más utilizados en las colecciones para acabar convirtiendo en regenerativas a todas las fibras naturales vírgenes. Otra acción es comprometerse con la certificación ROC de Regenerative Organic Alliance para avanzar hacia los criterios necesarios.
Casos de éxito
Timberland tiene como objetivo obtener de cadenas de suministro regenerativas todos sus materiales naturales dentro de esta década. En 2020, Timberland presentó su primera colección de botas hechas a partir de cuero regenerativo. Desde entonces, ha lanzado varios modelos nuevos y ha comenzado a construir cadenas de suministro para caucho, algodón, lana y caña de azúcar regenerativos.
El grupo de lujo Kering y Conservation International han lanzado conjuntamente el Fondo Regenerativo para la Naturaleza. Lo han hecho con el objetivo de transformar un millón de hectáreas de tierra utilizadas para producir cuero, algodón, lana y cachemira en tierras de cultivo regenerativo durante los próximos cinco años.
Seguimiento y trazabilidad de fibras
La trazabilidad ayudará a restablecer la confianza y la transparencia en las cadenas de suministro. Poder realizar un seguimiento de la fibra será fundamental para medir la implicación de una empresa en la descarbonización y la responsabilidad medioambiental. En el futuro, el compromiso de una compañía puede determinar su tasa impositiva, el acceso a condiciones preferenciales de préstamos y seguros o su capacidad para atraer inversores.
En mayo, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa respaldó un conjunto de herramientas de transparencia. Estaba basado en Ethereum y consisría en rastrear prendas y calzado desde las materias primas hasta el punto de venta.
Estrategias de negocio
Tras detectar la fibra principal de sus colecciones, las compañías pueden participar en iniciativas piloto para rastrear fibras y textiles de menor impacto ambiental certificadas por parte de terceros. Esta apuesta desafía la falta de transparencia en las fibras convencionales, como el poliéster, trabajando con alternativas trazables desde la fibra cruda hasta las prendas confeccionadas.
Casos de éxito
Destacamos a continuación varios pilotos de trazabilidad en fibras destacados en el informe “Create Better: Innovating Towards a Sustainable Future”:
Diseño responsable
El Fast Fashion ha crecido a expensas del diseño, ya que la decisión de compra está dominada por algoritmos que cambian los gustos del consumidor a una velocidad vertiginosa. Ante este escenario, el diseño orientado al final de la vida útil de las prendas (reutilización, reciclaje o reventa) se considera una posible solución al consumismo desmedido.
La moda y la ciencia se entrelazan cada vez más, ya que la bioingeniería influye en nuevos materiales responsables. Por ejemplo, la colaboración de Public School con Theanne Schiros dio como resultado zapatillas de deporte compostables hechas de residuos de kombucha.
Estrategias de negocio
Apostar por la continuidad de las colecciones. WGSN, por ejemplo, mantiene más del 30% de su paleta de colores cada temporada para promover la longevidad del diseño. Los artículos prácticos que ofrecen múltiples usos, por su parte, atraerán a los consumidores más estrictos con el precio. Entre estos destacan los artículos versátiles como piezas reversibles o transestacionales que pueden incorporar capas o adornos extraíbles.
Prestar atención a los detalles puede reducir la huella de carbono general. Es neceario prescindir de los componentes innecesarios y apostar por aquellos que faciliten el desmontaje de los productos. Es interesante también experimentar con componentes que mejorarán la reciclabilidad, como el hilo soluble. Así se desprende de “Create Better: Innovating Towards a Sustainable Future”.
Los artesanos deben recibir apoyo a través de la co-creación y la colaboración responsables, dando acceso a un mercado más equitativo para su trabajo. En este sentido, son interesantes las organizaciones como Cultural Intellectual Property Rights Initiative, que media entre los intereses de las empresas de moda y los de los artesanos y las comunidades tradicionales.
Casos de éxito
La marca noruega de deporte de alto rendimiento al aire libre Helly Hansen ha desarrollado Lifa Infinity Pro. Se trata de un tejido que ofrece un rendimiento duradero de calidad profesional sin ningún tratamiento químico añadido; y con una protección permanente repelente al agua que nunca necesita ser reacondicionada químicamente.
La marca brasileña Korshi 01, por su parte, se ha centrado en prendas polivalentes y versátiles que se pueden llevar hasta de seis formas diferentes mediante el uso de adornos como botones y corbatas.
Catarina Mina es la primera marca brasilera con transparencia de costes 100% que anima a los consumidores a tener en cuenta el proceso y los impactos que se esconden detrás de una prenda de vestir. La marca también pretende dar a los artesanos y diseñadores el debido enfoque; asegurándose de que los clientes sepan quién produce sus piezas y pagando a estos productores salarios justos y conciliación laboral.
Repensar el embalaje
El crecimiento del eCommerce representa un problema a nivel medioambiental, tanto por la logística como por el packaging. Deben combatirse los envases de alto impacto ambiental: desde panfletos publicitarios y bolsas de polietileno para prendas de vestir hasta perchas y packaging de comercio electrónico.
Para trabajar en esta línea existen varias organizaciones a las que recurrir. Destacan The Sustainable Packaging Coalition, cuyos miembros abarcan toda la cadena de suministro; y la iniciativa de la Fundación Ellen MacArthur, New Plastics Economy, que tiene como objetivo ayudar a las empresas a hacer que el sector del plástico sea más circular.
Estrategias de negocio
Algunas de las estrategias de negocio recomendables son asociarse con empresas de reciclaje y reutilización de ciclo cerrado para mantener los envases y las perchas en circulación; y evitar los materiales vírgenes de un solo uso e involucrar a los consumidores en empaques retornables.
La apuesta por los envases reciclados, reciclables o reutilizables debe sopesarse cuidadosamente. Un informe técnico elaborado recientemente por Fashion for Good establece los beneficios y desafíos de los envases reutilizables. Entre estos destacan los ecosistemas en los que reducirá el impacto medioambiental y los casos en los que el uso de opciones recicladas y reciclables todavía lo superaría. Las empresas que deseen operar con una voluntad ecológica deben asegurarse de que el plástico reciclado esté certificado por el Estándar Global de Reciclado (GRS). Además, comprender los pros y los contras en relación con sus ecosistemas es clave cuando se trata de planificar estrategias a corto, mediano y largo plazo para reducir las emisiones de CO2. Así lo asegura WGSN en su estudio “Create Better: Innovating Towards a Sustainable Future”.
Casos de éxito
La marca británica para exteriores Finisterre se asoció con Aquapak para las bolsas Marine-Safe Leave No Trace, utilizadas en su comercio electrónico. Están hechas a base de un polímero Hydropol sintético, se descomponen en biomasa no tóxica en el suelo y el mar, y se pueden disolver de forma en el agua de un fregadero.
La marca Reformation, con sede en Los Ángeles, ha cambiado de bolsas 100% compostables, hechas de materiales de base biológica, a bolsas de polietileno de baja densidad 100% recicladas. Estas últimas están hechas con un polímero biodegradable que permite que la bolsa se descomponga en el vertedero. En su sitio web, la marca dice que hizo el cambio porque el compostaje doméstico no estaba disponible para todos los consumidores de EUA.
Lea el informe “Create Better: Innovating Towards a Sustainable Future” completo a través de ESTE ENLACE.
Para más información: https://www.wgsn.com/en/
Pinker Moda
Comparte esto:
Otras noticias
YKK redujo un 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero
Coach, en la picota en Estados Unidos por un video de Tik Tok
COP26 -la nueva Cumbre del Clima- debe alcanzar acuerdos ambiciosos
«Keep in the loop with Lycra», una campaña sobre economía circular