"Recuperar los valores de la alta costura después de este período de restricciones en el que las colecciones diseñadas por Maria Grazia Chiuri se presentaban principalmente a través del formato fashion film", esa es la idea de la casa Dior, que con su nueva propuesta marca el camino que la moda necesita: expresarse desde dentro, abrirse en canal, deshacer sus costuras para mostrar su corazón. "La alta costura despierta deseos insospechados y hace visible lo que no se ve a través de una mezcla de arte y savoir-faire extraordinarios. Y lo más relevante: define los anhelos de un mundo en medio de una profunda transformación", dice la maison, que hizo su anterior desfile, con su fabulosa colección resort, en Atenas.
Por eso la maison nos invita a entrar en sus exclusivos talleres para ver de cerca el trabajo de los profesionales que cosen, bordan, estampan y construyen las maravillas que luego vemos en los desfiles, para ver la magia que hacen esas manos artesanas. Manos que por lo general trabajan en el anonimato, alejadas de los focos, los flashes y las miradas ajenas. Manos que, sin embargo, cada vez están más presentes en las pasarelas, como vimos en el ya famoso desfile de Gucci.
La colección, y su mensaje
La casa aboga por vender optimismo y alegría, y lo hace con una propuesta de tejidos ricos, trajes perfectos hechos en lana, sedas con bordados maravillosos, terciopelos... El de Dior ha sido el primer desfile presencial de la Semana de la Moda Alta Costura de París y por eso ha querido que fuera extraordinario. ¿Y cómo lo ha conseguido? Pues remarcando el legado de monsieur Christian Dior y potenciando la nueva imagen de la casa, convertida ahora en bandera del nuevo feminismo.
Maria Grazia Chiuri revisa la silueta de cintura fina y la falda abombada que revolucionó la moda tras la Segunda Guerra Mundial, el llamado "New Look" de Christian Dior. Aunque la italiana lo reduce en intensidad y lo versiona en clave minimalista, y un tanto masculina, concepto que todos estamos obligados a revisar. Vemos también faldas de vuelo plisadas en tweed de color gris, que se combinan con camisetas de rejilla y top negro. Destacan las gabardinas que se alargan hasta los pies y aportan un aire británico, al más puro estilo Sherlock Holmes.
"El regreso a lo presencial implica desplazar la atención hacia las texturas, a lo que se puede tocar. Hay que traducir esta 'materialidad' de la era virtual y el uso del bordado ayuda. "Hay que reinterpretar el bordado, no tanto como ornamento decorativo sino como elemento que conecta los sentidos de la vista y el tacto".
El punto bohemio que tiene Chiuri se aprecia en faldas de seda trabajadas con distintos retales estampados, tipo "patchwork", algo que se repite en los abrigos, que mezclan seda y terciopelo. Las cazadoras cortas, las chaquetas "bomber", las bermudas, las faldas a media pierna, los pantalones cortos y las capas se declinan a golpe de lana, y llaman la atención los diseños más fluidos: vestidos en gasa transparente, estructurados en torno a un corsé, pieza que la casa ha puesto de moda después de ver a Barbara Pravi en el Festival de Eurovisión 2021. Chiuri es una rebelde silenciosa y de vez en cuando lanza una pequeña osadía. Ahora vemos contrastes potentes como los impermeables estampados que se llevan sobre vestidos de plumas y faldas asimétricas.
El desfile ha tenido dos pasarelas, la de las modelos y la de las celebrities, un batallón de famosas encabezadas por las actrices Jennifer Lawrence, Jessica Chastain, Monica Bellucci y Cara Delevigne y la famosa fotógrafa Ellen Von Unwerth. Además, hemos visto a Jaime de Marichalar con su hija, Victoria Federica. ¿Podría tener el exmarido de la infanta Elena un claro objetivo?