Lluís Bassat
Cada vez que veo un pase de modelos me hago la misma pregunta: ¿por qué no sonríen las modelos? Tanto en los desfiles de alta costura como en los de todo tipo. Que su profesión es seria, nadie lo pone en duda. Que ellas son serias, por descontado, pero a esas caras les falta esa simpatía tan necesaria en la relación entre las personas. Especialmente extraños son los desfiles de vestidos de novia, donde se supone que han de representar uno de los días más felices de la vida de una persona y, en cambio, parece que vayan al patíbulo en vez de ir al altar o al despacho de la autoridad que las va a casar.
Hace años hice imprimir unos cartones que coloqué sobre todas las mesas de mi agencia de publicidad. Ponía simplemente: “Sonría, es contagioso”. Y fue contagioso. La gente sonreía más. Y se notó en el ambiente de trabajo. La sonrisa no es una mueca, es la expresión de una felicidad interior que se nota en nuestra cara, no solo en los labios, sino también en nuestros ojos. Por eso me sigo preguntando qué les pasa a las modelos que no demuestran esa felicidad interior.
Sonría, es contagioso; la sonrisa no es una mueca, es la expresión de una felicidad interior
Cuando alguien me mira con el ceño fruncido o con una severa seriedad en su cara, me temo lo peor. ¿Qué le he hecho para que me mire así? Puedo comprender que se les pida a las modelos que no conviertan su pase en un cachondeo, pero de esto a desfilar con cara de enfado o de dolor de estómago hay un abismo. Espero que algún día los gurús de los desfiles de moda se den cuenta de que los espectadores o telespectadores agradecen una ligera sonrisa en las caras de las modelos y, como la sonrisa es contagiosa, a su vez esos espectadores también empiecen a dibujar una sonrisa en sus labios, con lo que, al final del desfile, todos más contentos.
Hay que innovar, hay que romper con la norma, especialmente si no está justificada y estoy seguro de que el primer desfile donde todas las modelos muestren su felicidad interior causará sensación. Cuando menos por la novedad. Que de eso se trata, de innovar siempre que se pueda. Y de que los que trabajan encima de una pasarela y los espectadores lo pasen mejor, porque cuanto mejor esté cada uno de nosotros, mejor estaremos todos.
Por favor, no lo olviden, sonrían, es contagioso.
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