Hirschfield no es el único que aboga por las invitaciones online. "Si algo hemos aprendido de 2021 es la necesidad de comunicarnos con los invitados al instante", dijo en su momento a Vogue Bryan Rafanelli, el pope de los planificadores de bodas. "A medida que avanzamos hacia 2022, animamos a nuestros clientes a guardar de modo virtual las fechas y las invitaciones. Esta opción no solo permite ahorrar dinero, sino que elimina el estrés de que el correo postal no llegue a tiempo y permite realizar cambios de última hora. Además, es sostenible", señaló.
En este 2022 que empieza, la colección llega en el momento justo. Las previsiones apuntan que se celebrará el mayor número de bodas en más de 40 años, por lo que un elevado número de parejas necesitarán una comunicación instantánea y flexible con los asistentes.
Las restricciones de la época de la pandemia siguen causando complicaciones. Los invitados, muchos de los cuales teletrabajan, cambian de dirección con mayor frecuencia. La cadena de suministro está ralentizando la entrega de productos en todo el mundo. Y luego está el impacto medioambiental: las parejas, más concienciadas que nunca con la necesidad de cuidar la naturaleza, se preguntan si todo ese papel es realmente necesario. Las bodas ya son lo suficientemente estresantes, así que ¿por qué no optar por un formato estiloso que además nos dé un respiro?
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com
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