No quería seguir los pasos de su familia dedicada al sector inmobiliario, y eligió diseño de moda. Pero ha acabado construyendo estructuras efímeras en las Fashion Weeks más importantes de España. La 080 Barcelona Fashion, la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid o la Gran Canaria Swin Week no serían lo mismo sin Esther García Capdevila.
Si se quiere conocer cómo es una pasarela de moda, no basta con sentarse en la grada y ver todos los desfiles, o charlar con los diseñadores en el photocall y en el kissing room, posterior. Hay que ver cómo trabaja Esther García. Es la directora de arte y cásting y consultora de moda de ESMA, una empresa especializada en presentaciones y producciones de eventos y fashion shows, que fundó hace 24 años con su socia Marisol Carrión.
Durante lapasarela Esther es puro nervio, con unos auriculares con micrófono y una escaleta con nombres y horarios en una mano. Es la jefa del backstage, la que controla y coordina los horarios de los desfiles, la iluminación, la música, la escenografía, los ensayos, los fitting (pruebas de vestuario) y los timing de peluquería y maquillaje, entre otras cosas. En definitiva, Esther es el alma, la que hace posible que todas las diferentes piezas encajen y el engranaje funcione.
"Cuando miro una película me fijo en la luz, las sombras o cómo entran los créditos"
“Los diseñadores confían en mí –afirma. Pero yo previamente hablo mucho con ellos para ofrecerles diferentes posibilidades y sacar el máximo provecho de su desfile. Es un trabajo conjunto y de alguna forma me encargo de poner el envoltorio a la colección que ellos presentan, porque somos los transmisores entre lo que ellos quieren presentar y el público final”.
“Estudio cada colección, pero sobre todo la imagen de cada firma. Me pongo en su piel y en base a los esbozos de los diseños, la muestra de tejidos y la idea de peluquería y maquillaje que tienen, lo visualizo todo y tengo proporcionar el casting de modelos que mejor interpretarán las prendas y recomendar el espacio adecuado para el desfile, en caso de la 080 por ejemplo, que cambia de ubicación en cada edición”, añade.
Sorprender es lo que Esther García busca en cada desfile o presentación y especialmente en la 080 Barcelona Fashion, cuya singularidad es precisamente cambiar de ubicación cada vez. Del 25 al 28 de octubre se celebrará la 28º edición en el Espacio XC del escultor Xavier Corberó, en Esplugues de Llobregat. De nuevo será en formato digital, emitiendo los 22 desfiles que se grabaron hace un mes. “Al principio nos costó –recuerda- ya que teníamos el chip de los desfiles clásicos, pero pensé era el momento de realizar películas de moda, donde la cámara podía acercar los detalles y transmitir sensaciones. Había que buscar el lado positivo de la pandemia, como el poder rodar en La Pedrera, un lugar siempre lleno de turistas, y donde no cabe público para los desfiles presenciales. Fue muy complicado, pero había tanta ilusión puesta…”
En los 30 años que Esther lleva dedicada a esto, reconoce que uno de los cambios más importantes en los desfiles ha venido con los teléfonos móviles. “Antes las fotografías se realizaban sólo al final de la pasarela, y ahora todos los asistentes las pueden hacer desde cualquier lugar de la sala y eso implica que los focos y los cables tienen que estar escondidos, para que nada distorsione la imagen”.
Precisamente la iluminación es una de sus obsesiones “para crear paisajes efímeros, que puedan ser poéticos o agresivos”, dice. El cine es una de sus inspiraciones “cuando veo una película no me entero del guión, porque sólo me fijo en la luz, en las sombras, en como entran los créditos…” Y la otra es Andorra, el país donde nació en 1967. “Las plantas, el verde, la luz del sol o la luna andorranas, me inspiran. Son mis raíces”, reconoce. Quizás por ello los ornamentos basados en la naturaleza llenan los techos y paredes de las oficinas de ESMA situadas en un edificio modernista, en el corazón de Barcelona.
En defensa de la profesión
Junto a los ornamentos, fotografías en blanco y negro de modelos, que ha descubierto o que le deben mucho a Esther. Ella defiende esta profesión, blanco de numerosas críticas. “En cada pasarela intento dar oportunidad a caras nuevas, pero no soy de las que buscan al azar. La de modelo es una profesión, y no todo vale. Esos chicos y chicas tienen unas medidas, una actitud, y sobre todo busco que transmitan, que tengan magnetismo con la cámara y que sean camaleónicos”, comenta enérgica. “El mundo de la moda es muy sensible y se critica todo, yo por ejemplo, mido 1,63 y se que nunca hubiera podido ser modelo, igual que la gente que tiene tendencia a engordar…. Así es la vida”.
Con 17 años se marchó de Andorra y se instaló en Barcelona para estudiar diseño de moda “No tenía otras referencias, aunque visto con perspectiva lo que me gustaba en realidad era el mundo de la imagen, y no el diseño de moda”.
La casualidad le llevó a colaborar ocasionalmente en una empresa que tenía un departamento de cásting de modelos para Cibeles y Pasarela Gaudí y donde entró a trabajar de forma fija, para cubrir una vacante. En 1997 Esther y Marisol decidieron crear su propia empresa con las dos primeras letras de sus nombres.
"El verde, la luz del sol o la luna de Andorra me inspiran; son mis raíces"
Ese mismo año nació su hija y cuatro años después llegó su hijo. “Siempre que estoy en Barcelona los he llevado al colegio, pero jamás los he podido ir a buscar. Cuando estoy con ellos soy muy intensa y sino estoy muy presente telefónicamente. Ellos me han conocido así”, dice Esther, que hace seis años se separó del padre de sus hijos.
Aunque sus dos vástagos trabajan y estudian en áreas que no tienen nada que ver con ESMA, ella está satisfecha de que últimamente sus hijos hayan colaborado puntualmente con ella en preparar pasarelas: “Quiero que vuelen, que tengan experiencias y que se dediquen a lo que les guste, pero me encanta que hayan conocido el trabajo de su madre desde dentro, y que lo valoren, porque detrás de todo ese glamur hay muchas techas y horas de trabajo”, asegura.
Esther se define como una persona muy trabajadora y con mucha energía: “Soy muy dura conmigo misma y no me permito cometer errores, aunque evidentemente los cometo”. Muy resolutiva y con los pies en la tierra sueña con poder organizar un evento o una fashion week en su Andorra natal.