Esta semana, por primera vez desde marzo de 2020, algunos colegios privados en Venezuela organizaron el regreso a clases presenciales de sus alumnos. Será un experimento inicial que se repetirá tres veces a la semana y con medidas obligatorias de bioseguridad. El Gobierno de Nicolás Maduro ha anunciado que a partir de octubre el retorno a clases presenciales de todos los centros educativos será progresivo, en principio bajo el esquema de una semana de cuarentena flexible, en la cual se asistirá al colegio, y otra de cuarentena estricta, con las clases en línea.
El regreso a clases presenciales en Venezuela es una decisión que ya había sido anunciada, pero que se pospuso ante el aumento de contagios. Durante estos 15 meses, desde el estallido de la pandemia, los estudiantes han recibido solo clases por internet mientras las autoridades imponían severas restricciones a la circulación. El Gobierno organizó el plan Cada familia una escuela para la educación a distancia, que ha sido muy criticado por su calidad. Ahora se espera que la vuelta sea real. “Vayan preparando a los estudiantes, aula por aula, sección por sección, liceo por liceo, universidad por universidad, con mucha firmeza y seriedad con las medidas de bioseguridad”, ha pedido Nicolás Maduro en un acto oficial televisado.
La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, aseguró que el 80% de los maestros del país “ya está cabalmente vacunado” para recibir a los alumnos bajo el esquema mixto. Animado por unas cifras de contagios y muertes por la covid modestas, Maduro ha declarado incluso su interés en decretar, por primera vez, los meses de noviembre y diciembre libres de cuarentena, con el objetivo de dinamizar en alguna medida el movimiento económico.
Más informaciónEncerrados sin ahorros ni provisiones: así sobrevive Venezuela en cuarentenaVenezuela: educar a distancia con la peor conexión a Internet de la regiónLa intención del Gobierno de volver a clases presenciales ha suscitado críticas por la dificultad de llevar a cabo el plan en algunos centros de la educación pública, que comprende el 80% de la enseñanza en Venezuela. “No creo que se trate de negarse a un llamado a clases presenciales, pero hay que ver como están las realidades en las escuelas populares, en las zonas rurales, las condiciones de trabajo, las deficiencias del momento actual”, afirma Nancy Hernández, dirigente de la ONG Fenasopadres, vinculada a la enseñanza y la educación.
El aumento de los casos de la covid en la capital y los problemas estructurales de la educación venezolana en este momento –rezagos salariales en maestros, diáspora de docentes, deserción escolar y problemas de servicios en los propios planteles—son, de acuerdo con lo que relata Hernández, algunos de los escollos más importantes para regresar a la normalidad.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.SuscríbeteFranklin Piccone, maestro activo en varios liceos de educación media y dirigente sindical, explica que “es probable que haya un proceso educativo semipresencial, con problemas graves en la calidad de la enseñanza y rezagos en el aprendizaje”. “Los maestros venezolanos estamos en una situación de paro técnico: los salarios son de hambre (ocho dólares mensuales). Los problemas de conectividad, la deserción estudiantil y la diáspora han agravado el problema de la enseñanza”, sostiene.
“Desde el punto de visto psicoemocional, volver a clases es una necesidad para los estudiantes, sobre todos para los estudiantes de educación primaria”, concede Samuel Pérez, sociólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, que añade: “No se puede tener clases presenciales sin que la mayoría de los profesores y alumnos esté vacunado. Además tenemos un problema grave en el gremio. Los problemas económicos de los profesores complican el regreso a clases”. El educador Leonardo Carvajal también cree que volver a las clases presenciales es un “objetivo loable”. “Las condiciones para la enseñanza en una educación a distancia. He tenido que ceder mucho en la cantidad y frecuencia de mis exigencias a los alumnos”, afirma
Lila Vega, pediatra y miembro activo de la ONG Red de Madres, Padres y Representantes, asegura que “el regreso presencial a clases es impostergable, pero tiene que atender algunas condiciones. Tiene que ser seguro, que respete todos los protocolos; tiene que ser flexible, porque un aumento de contagios nos puede devolver a la casa, y por último, tiene que ser voluntario: sigue habiendo padres con miedo de enviar a sus hijos al colegio y eso tenemos que respetarlo”.
El profesor Carvajal pronostica un regreso a clases “con altibajos, desorganizado y caótico”. “Nadie puede estar en contra de la idea de regresar a las aulas. El tema está en evaluar en cuáles condiciones se va a producir ese regreso. Yo me permito dudar de las afirmaciones que hace Delcy Rodríguez sobre las cifras de profesores vacunados”, abunda.
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