Pese a su fama y su celebérrima esposa, Kim Kardashian, Kanye West aún despierta rechazo en casi todo lo que hace
Todo lo que hay que saber de Kanye West, 'Mr.Kardashian'
"South Park", probablemente la serie más gamberra e irreverente que ha parido la televisión en Estados Unidos, se mofaba abiertamente de él en uno de sus capítulos el otro día. Aunque originalmente se emitió el 8 de abril de 2009, el personaje no ha perdido vigencia alguna: Kanye West (39) sigue siendo rabiosamente actual. Su ego descomunal, su afán insaciable de atención -dice, entre otras cosas, que pretende asaltar la presidencia de los Estados Unidos en un futuro cercano- y su música nunca deja de ser noticia, para bien o para mal. El rey midas negro ha sabido cuidar y proteger su imperio.
Nadie le puede discutir que es uno de los cantantes más populares de todos los tiempos, con más de 32 millones de discos vendidos en todo el mundo y 100 millones de descargas digitales de sus canciones. Además, tiene en su haber 21 premios Grammy de la música y tres de sus discos colocados en la lista de los 500 álbumes más importantes de la historia de la música, según la revista Rolling Stones.
Y en las redes sociales tiene voz y mucha. Sólo en Twitter cuenta con 25 millones de seguidores, con el añadido de estar casado con una las celebridades más omnipresentes en la prensa sensacionalista de todo el mundo, Kim Kardashian, capaces ambos de vender un tuit con carga publicitaria por cantidades obscenas de dinero.
Como es de imaginar, su cuenta bancaria también es de impresión, con una fortuna que, de acuerdo al oráculo en esta materia -la revista Forbes-, no baja de los 100 millones de dólares (unos 89, millones de euros) combinados con los 40 millones (35,6) que se le calculan a su mujer, la jefa del clan Kardashian, reina del reality o del arte de vender su vida privada.
Aún así, su reputación siempre está en entredicho. Los titulares que le rodean suelen tener un innegable aroma a antipatía. Los que no le soportan son legión. Baste con lo último en la vida de este gurú negro de masas, músico, productor, adicto a los excesos y siempre un tipo de gesto torcido: un sonado traspiés en su afán de destacar como diseñador de moda.
Las críticas han sido ácidas sobre su colección de ropa con Adidas, Yeezy 4, calificada de aburrida por sus colores grises y su falta de imaginación con las prendas. Tampoco ayudó la larga y tediosa espera para ver los diseños a la que sometió a los asistentes en Roosevelt Island, un pedazo de tierra entre Manhattan y Queens de poco movimiento, sacudido por el calor soporífero que aún reina en la Gran Manzana.
El crítico de The New York Times se cebó con el rapero asegurando que el ego del de Atlanta "es probablemente su más perfecta creación", algo que desató una nueva cadena de improperios por parte del principal afectado. "Te penetraré con un jodido láser con mis putos ojos y haré explotar tu puta cabeza. Cállate de una puta vez, intenta escribir un rap", fue su respuesta.
Dice básicamente que le irrita que le tachen de niño rico obsesionado por un nuevo hobby, en este caso la moda, porque no es cierto. De acuerdo a su versión, se ha dejado todo lo que tenía tratando de diseñar esas sudaderas y camisetas para Adidas que, de momento, no han dado el pego.
Pese a sus anteriores y sonados fracasos, West nunca ha dejado de intentarlo en el mundo de la moda. Se ve a sí mismo como un creador natural, un joven que empezó desde muy temprano con el gusto por lo que llevaba puesto y que, pese al desconocimiento de los que le critican, tiene un doctorado en arte.
Sin embargo, su orgullo está herido, convencido de que en el mundo del diseño en el que empezó a incursionar hace años, con colaboraciones con Nike o Louis Vuitton, nadie está de su lado. "Quiero decir que hasta la fecha nadie entiende lo que soy", dijo en su entrevista de portada del último número de la revista W. "No me entenderán hasta que me haya ido. No me entienden y no hay nadie en el mundo de la moda que esté de mi lado".
Le queda el consuelo de haber arrasado con sus zapatillas deportivas Yeezy, un fenómeno en ventas para Adidas que le ha abierto las puertas a seguir explorando con colecciones mucho menos populares. Lo que busca, dicen en su entorno, es respeto y reconocimiento. El no haberlo logrado hasta ahora le irrita profundamente.
Tampoco ha encontrado paz en el ámbito musical, donde saca más pecho que en las otras esferas donde se mueve. Esta semana se enzarzó en una pelea pública -en Twitter- con uno de sus colegas, el rapero Kid Cudi, que cargó contra él por antiguas rencillas.
Kid Cudi le acusó de no pasar de los primeros cinco puestos en las listas de ventas teniendo 30 personas componiendo para él, a lo que West replicó con su habitual altivez: "Nunca menciones a Ye [el sobrenombre con que le conocen]. Yo te creé... Respeta al dios".
West también fue noticia por su último vídeo musical, Fade, presentado durante los premios MTV, con una carga erótica importante de manos de Teyana Taylor, que baila a lo Flashdance durante varios minutos y que protagoniza una escena de ducha junto a su prometido, el jugador de los Cleveland Cavaliers, Iman Shumpert.
Amenaza de biografía
Pero más que el vídeo musical, lo que le quedó grabado a la concurrencia fue el discurso del rapero, acostumbrado a soltar largas peroratas en esta clase de premios. Su parlamento duró seis minutos, sin olvidarse de Taylor Swift, con la que ha mantenido una guerra verbal durante años, pero que ahora respeta, y compartiendo con el público su lista de ídolos: Steve Jobs, Walt Disney, Howard Hughes, Kanye West. "Mi nombre es Kanye West, y eso es especialmente grande de decir este año", dijo al comienzo de su discurso.
También aseguró hace un par de días que otro tipo al que admira profundamente es Will Ferrell. Su nombre surgió al compararse con uno de los personajes que interpretó el comediante, "Elf", básicamente porque él también quiere llevarle alegría al mundo. "Es uno de mis dioses particulares. Me gustaría que Will me interpretara en The Kanye West Story", un título que ya está barruntando en su cabeza y que espera que algún día llegue a los cines. En fin.
La presunta cinta podría dar cabida a los rumores sobre su homosexualidad -una presentadora de televisión lo insinuó a principios de este año- o a la muerte de su madre a los 58 años, como notas biográficas. Aparentemente sufrió un ataque al corazón derivado de complicaciones tras una cirugía estética, algo que afectó mucho a West en los meses posteriores.
Después está otro de sus aspectos más relevantes, su mujer, con la que empezó a salir en abril de 2012 y con la que pasó por el altar dos años después en una castillo italiano. Tienen dos hijos, North West y Saint West, sin que de momento haya rumores de algún tipo de turbulencia entre ambos.
Tantos titulares ha generado en los últimos tiempos el personaje en cuestión, que merecía la pena la consabida disección, tratando de entender el porqué del furor -del rechazo ya hemos hablado- que causa esta figura del rap negro casado con la farándula en su máxima expresión. Por lo visto, su música entusiasma, pero su actitud no tanto.