Jaime Álvarez, director creativo de su propia firma Mans, ha presentado "La décadence", un nuevo trabajo con el que demuestra su pericia a la hora de ofrecer prendas de noche con posibilidades ilimitadas a través de un estilo que rompe con el concepto de género.
Coincidiendo con la finalización de la Semana de la Moda Masculina de París, Mans ha presentado en un desfile presencial en un centro deportivo de Madrid su propuesta para el próximo otoño invierno, en la que revisita los límites de la sastrería tradicional, para crear prendas libres de convencionalismos, una apuesta por el disfrute en el vestir.
"Tenía ganas de hacer un desfile físico, los fashion-films están bien, pero no tienen la adrenalina y la esencia de ver las prendas en vivo", argumenta Jaime Álvarez (La Luisiana-Sevilla, 1994) poco antes de comenzar el desfile este miércoles.
A la nueva colección, la ampara una buena dosis del romanticismo del París de los años '20, de la estética de Tamara Lempicka y el Art déco, "del maximalismo en los detalles, al minimalismo en lo que rodea a las mujeres que pinta".
Prendas para hombre con las que quiere rendir homenaje al lujo y al deseo "de volver a vestir bien, al gusto por lucir un esmoquin, aunque sea para la cena de un viernes. Poco a poco se ha ido perdiendo la elegancia", dice mientras enseña una de sus propuestas en muaré, con solapas en raso, de sastrería en estado puro, ligada a la corriente volumétrica carlista en las siluetas.
Trajes de estilo Gatsby en beige, de cintura acentuada con chaquetas con puño de camisa, camisas oxford, 'looks' en los que se superponen varias piezas, que cubre a los caballeros con cálidos abrigos de pelo sintético en morado, rosa y blanco o marrón, o más clásicos en paño que repele el agua.
Los estampados son variados, alegres y llenos de color, geométricos en distintos tonos, en azul con imágenes impresas de algunos actores y actrices de la época o un falso leopardo "me gusta llamarlo 2.0, más refinado y minimalista" en amarillo y camel.
"Un lujo misterioso y vampírico, de cabaret decadente", dice, en el que quienes lo visitan camisas donde el cuello se alarga o queda plisado, aderezado de un minivolante en seda y georgette, piezas dibujadas sobre un patrón de hombro estrecho, que combina con pantalones anchos.
Looks impecables con los que el diseñador asegura que ha vuelto a su origen, tras haber presentado colecciones que favorecían la comodidad, más "fáciles de llevar" y lo deja ver en blazers militares de corte muy entallado con cuello mao.
Los flecos, reflejo de la tradición de sus orígenes, los transporta a pañuelos, y una nueva colaboración con la firma de sombreros Tolentino, impone el chic parisino con casquetes de fieltro como complemento.
Tres años después de constituir la marca y tras ganar uno de los premios más prestigiosos del sector Who's on next? de la revista Vogue, Jaime Álvarez, asegura que el tiempo transcurrido le ha servido para formalizar su empresa con una base profesional y crear un equipo permanente para producir las colecciones.
La venta "online" sigue siendo su fuerte, pero ya tiene previsto abrir algunos puntos de venta en Europa, aunque prefiere reservarse los datos.
México y la expansión por Latinoamérica sigue siendo su objetivo, además de mantener altas las ventas en Asia, donde en China uno de los grupos de K-pop más populares, Panthepack, es uno de sus mejores clientes. C.Tangana o el actor y director Eduardo Casanova también son fieles a sus prendas.
"El hombre ha evolucionado mucho, ha abierto su mente y ya se siente seguro luciendo un abrigo amarillo o un traje estampado", asegura.