Estilo de vidaAhora que los foros están reabriendo en algunos países, veremos si salir de antro será lo igual que antes y, lo más importante, si será seguro.Por Amelia Abraham
Ya conoces el sentimiento: la emoción de bajar a un sótano poco iluminado o de recorrer un pasillo hacia un lugar enorme en el que los cuerpos se mueven al ritmo de la música. Tal vez disfrutes del bajo, de ver a la gente, de dejarte ir. No tanto la cola para el baño o la barra.
Para muchas personas, estas experiencias son un recuerdo lejano, porque llevamos más de un año en una pandemia que ha obligado a los antros de todo el mundo a cerrar sus puertas para detener la propagación del virus. Al principio hubo alternativas en línea, como Club Quarantine, el nombre adoptado por dos proyectos: la fiesta por Instagram Live de DJ D-Nice que sintonizaron Joe Biden, Michelle Obama y Rihanna, y otro aclamado como ‘el mejor club queer de Zoom.’
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En otros lugares, United We Stream se instaló como una suerte de foro virtual para fondear los antros de Berlín, mientras que otros artistas se presentaron en la plataforma de streaming en vivo Twitch. Al principio era una novedad, pero después de un rato nos cansamos de ver la pantalla y aprendimos a aceptar que quizás la vida nocturna simplemente no formaba parte de la nueva normalidad.
Ahora, la nueva normalidad está cambiando de nuevo. Con cada vez más vacunas disponibles, parece que los antros abrirán en Reino Unido y algunos países europeos en verano. ¿Pero cómo se verán tras el COVID-19? Y, lo más importante, ¿serán seguros?
Las noches de un año como ningún otro
‘Hay una buena razón por la que los clubes nocturnos fueron lo primero en cerrar y lo último en abrir en la pandemia', dice el Dr. Paul McKay del Imperial College London, un científico que trabaja en una vacuna para el COVID-19. ‘Durante una pandemia, salir de noche podría ser lo más peligroso del mundo'. Bailar aumenta el ritmo de tu respiración, lo que puede aumentar la cantidad de virus despedida. Eso, junto con la falta de ventilación en la mayoría de los antros, es lo que los hace de alto riesgo. ‘Pasa lo mismo en los gimnasios’, dice el Dr. McKay, ‘pero en los clubes nocturnos suele haber alcohol involucrado, lo que significa que se reducen bastante las inhibiciones y la sana distancia.’
Puede que haya una buena razón para cerrar los antros, pero eso ha provocado que algunas de las instituciones más queridas de todo el mundo cierren de forma permanente. Eso sucedió sobre todo en Estados Unidos: el China Chalet, en Nueva York —restaurante chino de día, lugar de reunión de la escena de la moda de noche—, fue una de las bajas. El Eighteenth Street Lounge, en Washington, D.C., también cerró luego de 25 años, al igual que Rage, el conocido antro gay de West Hollywood. Los foros de música en vivo también se han visto afectados, lo que ha dificultado que los músicos emergentes crezcan su audiencia en la vida real.
En el Reino Unido, los subsidios para los foros, más el apoyo adicional del alcalde de Londres para ciertos espacios queer de la ciudad, les ayudó a aguantar los confinamientos del año pasado, mientras que los artistas nocturnos lanzaron campañas de fondeo. De todos modos se cancelaron las noches de antro itinerantes (que no tenían un espacio permanente), y la gente que vivía de ellas ha caído en la inseguridad económica.
Le curadore y DJ Nadine Artois, cofundandore de Pxssy Palace —una noche de antro londinense dedicada a las personas trans y queer de color— es une de los muchos afectados. ‘El COVID me quitó mi principal fuente de ingresos y afectó muchísimo mi salud mental’, dice. ‘Ha habido un duelo colectivo por los antros que cierran, sobre todo entre las personas queer y trans, porque históricamente el antro ha sido el lugar en el que nos sentimos visibles y protegides.’
¿Cómo será la vida nocturna ‘segura’?
En países cuyos gobiernos controlaron la propagación del virus, los antros reabrieron relativamente rápido, lo que le dio un modelo a seguir al resto del mundo. En Nueva Zelanda, que tuvo 26 muertes de aproximadamente 2,500 casos, los antros reabrieron por completo a mediados de 2020. Los organizadores de fiestas Friendly Potential tuvieron un festival llamado Catacombs en Auckland durante dos noches de Octubre. ‘Sólo podemos fiestear si estamos en nivel uno, es decir, sin transmisión comunitaria activa, y rastreamos los contactos de nuestros bailarines’, dice Scarlett Lauren, coorganizadora del evento.
En Berlín, una breve disminución en los índices de COVID-19 el verano pasado hizo que se reabrieran algunos antros, lo que nos da un vistazo de los siguientes meses. El infame Berghain abrió su jardín, al igual que ://About Blank, bajo la condición de que no se podía bailar, se tomaba la orden en las mesas y se usaba cubrebocas al levantarse. ‘Estar al aire libre no es totalmente seguro, pero la corriente constante lo vuelve más seguro’, dice el Dr. McKay. ¿Y qué hay de los antros? ‘Podrían cambiar el aire más seguido con un nuevo sistema de ventilación o de extracción como medida de precaución. Básicamente, el problema es la cantidad de partículas infecciosas en el aire, así que si la logras reducir, va a ser un lugar más seguro.’
El Dr. McKay cree que la gente se va a relajar con la vacuna y que no creerá que es tan riesgoso salir de antro, pero esa confianza podría provocar un nuevo pico. ‘Además, algunos países no podrán producir millones de dosis de la vacuna de la noche a la mañana, a menos de que haya varios proveedores’, dice. ‘Además, se está priorizando a la gente de más de sesenta o setenta años. Son los grupos más vulnerables y los menos propensos a ir a un club nocturno’. El Dr. McKay añade que, aunque la vacuna esté disponible para todos los adultos, de todos modos necesitamos seis semanas para lograr la inmunidad.
En otras palabras, si bien la vacuna significa que muchos antros podrán reabrir en 2021, no será una solución inmediata para salir de fiesta. El año pasado, la reapertura de los foros en Seúl provocó un nuevo brote de coronavirus en unos pocos días. España y Dinamarca reabrieron los antros y los volvieron a cerrar por el aumento de las infecciones.
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Reinventar una vida nocturna mejor y más segura
A lo largo de la pandemia se ha pensado mucho en cómo sería una vida nocturna ‘segura’. ¿Acaso la respuesta serán los trajes herméticos diseñados por el estudio creativo angelino Production Club, por ejemplo, o las grandes burbujas de plástico que vimos en un concierto con sana distancia de los Flaming Lips en octubre?
Mientras esperamos, Artois cree que sería mejor decidir cómo queremos que mejore la vida nocturna. ‘Cuando atacó el COVID-19, muches tuvimos problemas financieros y emocionales, empezamos a apoyarnos de otras maneras, así que hay que preguntamos cómo podemos meter esa sensación de cuidado y de accesibilidad en los antros del futuro’, dice.
Concluye que la vida nocturna tal como la conocemos no va a seguir igual, pero eso podría ser una oportunidad: ‘Las comunidades queer, trans, indígenas, negras y de color somos tan resilientes que hemos creado cosas increíbles a partir de nuestras luchas y lo seguiremos haciendo. Es momento de ponernos creatives y pensar desde cero qué es posible.’