EFE
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Hay que ser osado para celebrar un desfile en París en un espacio cerrado donde reconstituir una versión mejorada de la ciudad. Esto mismo hizo Dior Homme en pasarela este viernes, en la presentación de su colección masculina, donde rindió homenaje al 'New Look' de 1947 que introdujo en el armario hombre.
Desde hacía más de una semana, muchos parisinos se interrogaban: ¿Qué están preparando en la plaza de la Concordia, donde decenas de obreros han trabajado en la instalación de una carpa gigantesca? La respuesta se conoció este viernes, cuando las letras de Dior se convirtieron en las protagonistas de la histórica explanada, con vistas al Sena y a la Torre Eiffel.
Pero más llamativo fue aún su interior, sólo accesible a unas cientos de personas, entre las que se encontraban celebridades como la modelo Naomi Campbell, el cantante colombiano J Balvin, o los diseñadores Olivier Rousteing y Haider Ackermann.
Kim Jones, el británico que dirige la línea masculina de Dior, hizo reproducir casi a escala el monumental puente de Alexander III con una panorámica fotográfica de la ciudad aunque algo retocada: el Grand Palais, la Torre Eiffel, el Museo de Orsay y los edificios más bonitos del muelle habían sido relocalizados para presentar un París aún más armonioso.
Este fue el cuadro elegido para mostrar una colección que, sobre todo, transmitió paz. Una silueta pensada para pasear por París en una mañana invernal, un tanto nostálgica por los colores que imitaban el paisaje local: grises, blancos, beises y marrones, con algunos golpes de negro.
En los estampados, la primavera parisina se coló en jerséis y chaquetas bordadas -en un trabajo más de alta costura que de prêt-à-porter- y leopardo, en capas cortas y boinas, que fueron las reinas de la pasarela.
Mientras la voz del diseñador Christian Dior recitaba algunas de sus frases más conocidas, los modelos mostraban la reinterpretación masculina del 'New Look', como se conoció la primera colección mostrada por el modisto en 1947 que revolucionó el armario de la posguerra volviendo a los códigos femeninos más tradicionales que se habían transformado en los años 20.
El 'New Look' se vio en las chaquetas, marcadas en la cintura y con un ligero volumen, como el mítico modelo 'Bar' de la firma, aunque en tonos grises y tejidos muy británicos, sin duda un guiño a las raíces de Jones.
Informal, pero arreglado
El estilo de alta moda contrastó con las prendas deportivas, como pantalones de sastrería pero corte 'jogging', apretados en el tobillo, los zuecos de felpa decorados con pedrería, como los guantes de ciclista, también con brillantes.
Los zapatos fueron el fruto de una colaboración con la marca de sandalias Birkenstock.
Jones usó además tejidos técnicos e impermeables en cazadoras cortas, gabardinas de corte clásico, en una alianza entre lo formal y lo informal, las prendas de estar por casa y la sastrería. "He querido sumergirme en los archivos, en la pureza de los inicios de la casa, en su impulso original. Nos hemos volcado en las primeras colecciones, concentrándonos en la arquitectura, utilizando esos elementos y transformándolos en piezas masculinas modernas", explicó Jones en una nota que recibieron los invitados.
Los modelos llevaron también algunas joyas creadas por Victoire de Castellane, la directora de joyería, como brazaletes de cadena con diamantes y esmeraldas, muestra de los niveles de atrevimiento y fluidez de género que ha atravesado ya la moda hombre, donde siempre hay hueco para prendas unisex o de mujer.
En los accesorios destacaron también los bolsos, ideados para llevarlos agarrados como una pieza de mano; el modelo 'saddle' cruzado como una bandolera y remodelado en una especie de bolso de piel para... ¡llevar un ramo de rosas!
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Jones salió a saludar al público acompañado del británico Stephen Jones, mítico colaborador de Dior, John Galliano o Vivienne Westwood, responsable de las boinas, cuyo modelo ha sido bautizado como 'Doris', y que prometen convertirse en un accesorio estrella la próxima temporada.