La inclusividad y la diversidad son los objetivos principales de infinidad de firmas de ropa ahora mismo, junto a la sostenibilidad. El foco ya no está únicamente en apostar por modelos de diferentes razas, sino que también detiene la mirada sobre el tallaje de las modelos. En una industria perseguida por la sombra de los trastornos alimenticios, del heroin chic, de las infinitas declaraciones de modelos a las que dijeron que "no estaban lo suficientemente delgadas", han comenzado a incorporarse cada vez más variables del cuerpo femenino que merecen estar sobre una pasarela o en una campaña, lanzando así un mensaje que grita alto y claro que la moda sí es para todas.
La última que ha querido abrazar el movimiento body positive ha sido Zara. La hija mayor del imperio Inditex no solo sigue la estela de las grandes casas de moda en materia de prendas o de tendencias, sino que sus castings de modelos o editoriales no dejan de demostrar que el fast fashion es capaz de competir, incluso creativamente, con la más alta moda. Ahora, entre sus nuevas incorporaciones ha aparecido Paloma Elsesser, una joven de 28 años de origen afroamericano y suizo-chileno y talla 44.Paloma posa con vestidos, prendas de punto o vaqueros de lo nuevo de Zara, ocupando todas las novedades de la misma.
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Elsesser no solo se ha convertido en uno de los rostros del año, sino que también juega un papel fundamental en la lucha para terminar con los estereotipos de belleza. Paloma es a día de hoy una de las promesas de la pasarela y un claro ejemplo de diversidad. A sus espaldas ya lleva campañas con marcas como Nike o Fenty y en 2020 fue una de las modelos más vistas en las pasarelas de la mano de firmas como Fendi, Alexander McQueen o Lanvin.
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Antes de Paloma estuvo Jill Kortleve, una habitual de las pasarelas de firmas como Jacquemus que incluso, desfilaba este año para Chanel y que también fue protagonista del catálogo online de Zara. La modelo, de origen holandés, tiene también unas medidas muy alejadas del clásico 90-60-90 y una de las tallas más estándar y más vendidas del mundo, la 40, que, sin embargo, sigue siendo minoritaria sobre las pasarelas.
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La polémica diversidad de Zara y las firmas de moda
Sin embargo, a pesar la aplaudida elección de modelos cada vez más diversas, Paloma o Jill también generaron debate entre los adeptos de la firma por muchas causas. La primera es que, mientras que Zara enseña modelos de talla 44, muchas de sus prendas no superan la talla L.
Por otro lado, la denominación de "mujeres reales", curvy o tallas grandes por parte de algunos usuarios resulta controvertida. Según explican las agencias de modelos, puede considerarse curvy cuando se supera la talla cuarenta o cuando la cintura supera aproximadamente los 95 centímetros. Pero nadie es capaz de definir qué es una mujer real o un cuerpo real, al final, utilizando esa denominación se puede estar haciendo tanto daño a la inclusividad como cuando no se apuesta por varias tallas diferentes.
Cabe recordar que apenas un 2% de las modelos superan la talla 40 y siguen siendo minoría en pasarelas y catálogos, el mejor ejemplo de ello es el hecho de que sigamos hablando de ello y resulte noticia que Zara incorpore en sus filas a una modelo que use una talla 44. Sin duda, y por mucho que se haya avanzado en los últimos años, aún queda camino por recorrer para alcanzar la diversidad e inclusividad reales.
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