Karlie Kloss mide 1’85 metros. Gigi Hadid y Kendall Jenner, 1’79. Y Amina Blue tan solo un 1’55. Las comparaciones son tan odiosas como necesarias: no es nada fácil trabajar para grandes firmas de moda cuando apenas superas el metro y medio de estatura. Blue, una joven de 24 años mitad alemana, mitad paquistaní; lo ha conseguido. Ha desfilado cinco veces para Yeezus, la firma de Kanye West, cuenta con la bendición de la editora Carine Roitfeld y Virgil Abloh (director creativo de la exitosa firma Off-White) ha dicho de ella que «encarna un nuevo prototipo alejado de la llamada ‘modelo perfecta’. Es inteligente y tiene una base sólida de principios. Creo que es refrescante». Su nombre no deja de ganar notoriedad en la industria y no hay reportaje que no comience hablando de su estatura. El más reciente, una producción de Refinery29 que bajo el título How To Do High-Fashion When You’re Only 5’1″ (Cómo trabajar en la moda cuando solo mides 1’55 centímetros), sitúa en el mapa a esta chica que protagonizó su momento de gloria tras quitarse los taconazos de Kanye West en mitad del desfile y sustituirlos por unas chanclas de la competencia.
Blue ha conseguido mucho más que formar parte del variopinto y ecléctico casting de Yeezus. Es la modelo favorita del tándem Kardashian-West y una de sus protegidas. No es de extrañar teniendo en cuenta que bien podría ser la hermana perdida de Kim Kardashian. Se viste, se peina y se maquilla (contouring incluido) como una Kardashian. Se hace selfies en el baño como una Kardashian. Y es tan aficionada a presumir de retaguardia que cualquier día podría romper internet. De West y su clan también ha heredado la humildad: «I am the influence» («yo soy la influencia»), reza su Instagram.
Amina Blue durante uno de los desfiles de Kanye West. Foto: Getty
«Siempre me gustó el maquillaje, las compras y todas esas cosas de chicas. Pero era demasiado bajita, así que sabía ser modelo sería imposible», ha explicado a Refinery29. Contra su propio pronóstico, lo consiguió. En una industria en la que Kate Moss (1’70 metros) y Twiggy (1’72) se consideran ejemplos de modelos bajitas, Blue ha conseguido hacerse un hueco a pesar de medir metro y medio y distar del canónico e imposible 90-60-90. Empezó dejándose ver en videoclips de raperos como 50 Cent, Future o A$AP Fer y después atrajo la atención de Kanye West y entró a formar parte, temporada tras temporada, de su casting de modelos. «En el pasado fui rechazada debido a mi altura pero, poco a poco, el mundo de la moda está aceptando que no todas las chicas son altas y delgadas, y me gusta pensar que he contribuido a eso de algún modo», cuenta. Según sus palabras, la clave de su éxito fue empezar a confiar en sí misma pasando de los estereotipos y el rechazo. «Puedes superar casi cualquier cosa si estás decidido y confías en ti», afirma.
Formar parte de los siempre polémicos desfiles de Yeezus atrajo el interés de otras importantes figuras de la industria. A través de West conoció a la influyente Carine Roitfeld que no ha dudado en darle visibilidad en su publicación homónima, CR Fashion Book, en varias ocasiones, tanto en solitario como formando a parte de las CR Girls junto a Gigi y Bella Hadid. Su popularidad en los círculos de la moda ha ido aumentando al compás de su influencia digital. En Instagram ya recluta más de medio millón de seguidores y su forma de entender la vida (es vegana, abanderada del movimiento curvy y fanática de los tatuajes) suma cientos de miles de likes. «Recibo muchos mensajes de gente que me dice cómo les he influenciado, ya sea para convertirse al veganismo o en cuanto a su estilo personal, por eso en mi biografía se puede leer ‘yo soy la influencia’. Siendo realistas, no todo el mundo tiene el cuerpo de una modelo, así que estoy orgullosa de representar a los que no lo tienen», declara.
A pesar de que su padre es musulmán y afirma que su familia paterna no entiende sus provocaciones en redes sociales, Blue es fan de los posados con escasa ropa en los que presume de exuberancia y de los tatuajes (tiene bastantes y jamás se los tapa ni siquiera para desfilar). Su vida –creció en Williamsburg (Nueva York) donde aún reside– ha cambiado por completo desde que debutó para West y ahora viaja de París a Tokio sin pensárselo dos veces. «Gano mucho más dinero ahora», reconocía hace unos meses a The Cut.
Desde su posición de influencer, Blue también lucha por los derechos de los animales y combate el uso de pieles en la moda. Es vegana desde hace cinco años, jamás la verán enfundada en un visón y recientemente ha posado como rostro visible de PETA. Se declara fan de Stella McCartney, conocida por no utilizar pieles animales en sus colecciones, y para aportar su propio granito de arena a la causa, está trabajando en su propia línea de zapatos veganos. Cameos en videoclips, modelaje y su propia firma. Todo en tiempo récord. ¿Qué será lo próximo? Si Vetements no acabara de anunciar que abandona las pasarelas y los desfiles, no sería nada extraño topárnosla en uno de esos heterogéneos casting de la firma.
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