Hace ya casi un año que Patricia Moreno se hizo eco de una de las tendencias (esta vez no estéticas sino sociales) que más calado ha estado teniendo las últimas temporadas: el apoyo entre diseñadores que deja atrás esa era en la que la competencia y los codazos marcaban el tempo de la moda.
“Más allá de las uniones temporales entre firmas, hay una tendencia en el sector que últimamente está copando titulares y llevándose el interés público en materia de lanzamientos (o todo lo que puede durar éste en la era del hype). Se trata de crossovers, es decir, pequeños cameos de diseñadores en otras marcas”, explicaba en tal artículo Moreno.
Pues bien, el último ejemplo de esa camaredería que reina hoy en la industria lo hemos podido ver hoy mismo en el reciente desfile de la Alta Costura de Schiaparelli, en el que –sentado en primera fila y con una amplia sonrisa– Olivier Rousteing, director creativo de Balmain acudió a apoyar a su compañero Daniel Roseberry. Vestido con algunas de las piezas más icónicas de las últimas temporadas de Schiaparelli (como un broche gigante o esas botas con plataforma y detalle anatómico en la puntera tan características de su colección Otoño/Invierno 2021), Rousteing declaraba además a la editora Vanessa Friedman que “los diseñadores deben apoyarse entre ellos”.