Al abandonar Vigo en dirección Redondela cruzamos por debajo del Puente de Rande, la obra colosal que preside la ría de Vigo y convierte el paisaje de la zona en una estampa inconfundible. El puente se abrió al tráfico en 1981, un hecho relativamente reciente, pero la zona que le da nombre tiene una historia que viene de muy atrás.
El museo Meirande, ubicado en las inmediaciones de Rande, al pie de la costa, atesora los recuerdos de la famosa batalla que tuvo lugar allí. En 1702, hubo un gran enfrentamiento entre las tropas franco-españolas contra los ejércitos ingleses y holandeses. Esta contienda se enmarca dentro de la Guerra de la Sucesión Española y se dice que dejó cientos de tesoros hundidos en nuestra Ría.
Sin embargo, esto no es un reportaje dedicado a la batalla de Rande, sino a otro elemento también de origen bélico situado en esa misma zona, cuya historia es mucho más desconocida: el antiguo cargadero de Rande.
Un cargadero conectado con Lugo
Una estructura de cemento imponente reposa en el lugar de Cabanas (Redondela). Al fondo se puede contemplar la ensenada de San Simón y la isla, otro lugar que ha sido protagonista y testigo de la historia; en este caso, historia del siglo XX.
Esa robusta construcción bajo el puente de Rande, a pesar de que presenta hoy un aspecto descuidado, era un cargadero rebosante de actividad. Esta pasarela elevada sobre el mar permitía descargar y transportar la producción de las minas de Freixo, en Monforte de Lemos.
El cargadero de Rande se construyó entre 1924 y 1926 como iniciativa de la compañía Minerales de Hierros de Galicia S.A. El material llegaba hasta Redondela por ferrocarril desde la estación lucense de O Canabal.
Una vez allí, las vagonetas cruzaban un voladizo de hormigón, descargaban la carga en unos conductos y esta se dirigía hasta los barcos mediante una cinta transportadora. El destino final de aquellas embarcaciones era, en la mayoría de los casos, Alemania.
Desde Vigo a la Alemania nazi
Las minas de Freixo, como explica la Asociación Galega de Patrimonio Industrial (Buxa), estaban explotadas desde siglos atrás. Los primeros documentos recuperados señalan que en el siglo XV el yacimiento se trabajaba para Pedro Álvarez Osorio, primer Conde de Lemos.
Ya en el siglo XX, el encargado de las minas de Freixo era don Frederic Wilhelm Cloos, conocido como Guillermo Cloos, ingeniero alemán y vicecónsul de Alemania en Monforte de Lemos.
Cloos controló la producción minera para abastecer de hierro al país germano durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo con la información de Buxa, bajo el mando del ingeniero, el yacimiento de Freixo dio empleo a unos 300 trabajadores.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el cargadero de Rande trabajó a pleno rendimiento, abasteciendo al Tercer Reich de metales como el wolframio. La colaboración de Minerales de Hierro de Galicia S.A con el gobierno nazi le valió la entrada en varias listas negras creadas por Estados Unidos.
La mina de Freixo cerró al terminar la guerra, y aunque en 1948 fue tomada por otros dueños, cesó su actividad de forma permanente en 1958. Lo mismo ocurrió con el cargadero, que quedó desposeído de su cliente principal, Alemania. El tiempo que estuvo activo transportó alrededor de medio millón de toneladas de materiales.
El otro cargadero: Coto Wagner
No hay que confundir el cargadero del señor Cloos con la otra estructura que se erige sobre la ensenada de San Simón, más llamativa y también con un aspecto abandonado, cubierta de óxido.
Esta instalación pertenece a un cargadero posterior al de Rande, el cargadero de Coto Wagner. Este último fue construido a mediados de los años 60 por la Sociedad Minero Metalúrgica de Ponferrada. Su nombre, Wagner, proviene del yacimiento leonés donde se explotaba hierro y wolframio, y su denominación era una oda al compositor homónimo.
La Cámara Oficial Minera de Galicia explica que el cargadero Coto Wagner exportaba materiales a Alemania, Francia, Inglaterra y Holanda. Según la Cámara, podían atracar barcos de hasta 45.000 toneladas, que se cargaban a un ritmo de 2.000 toneladas a la hora.
Coto Wagner estuvo funcionando una década entera y llegó a embarcar más de cuatro millones de toneladas. Echó el cierre en 1974.
Las instalaciones en la actualidad
Ambos cargaderos se encuentran a día de hoy completamente inactivos. El de Rande presenta un aspecto todavía más deteriorado por los años. Apenas queda en pie la estructura de hormigón principal, ahuecada por donde pasaban las vagonetas, y una caseta.
Por otro lado, el cargadero de Coto Wagner también está abandonado. Su presencia ocupa un espacio mayor, aún alzado sobre las aguas de la ría. Está compuesto por tres plataformas metálicas, conectadas por una estructura metálico que antes albergaba las cintas transportadoras.
Estos últimos años se ha debatido el derribo de Coto Wagner. En 2020, la Asociación Rande Patrimonio Europeo emitió una carta en contra de su demolición, alegando el valor histórico y cultural de las instalaciones. La propuesta contó con el apoyo de otras organizaciones como Vigo Industrial, el Museo de la Ciencia, la Técnica y la Arqueología Industrial de Cataluña o el Comité Internacional para la Conservación y defensa del Patrimonio Industrial, entre otras.
El Ayuntamiento de Redondela también se posicionó a favor de conservar elcargadero Wagner y pidió que se considerara un Bien de Interés Cultural (BIC).