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Arco marino Hōlei Sea Arch.
In English | Hawái evoca imágenes de palmeras oscilantes, mares de color azul zafiro, playas tranquilas y flores de plumeria aromáticas. Así que puede ser sorprendente llegar a la isla de Hawái, la más grande del archipiélago (a menudo llamada "Isla Grande"), y encontrar este paisaje desértico donde el rey Kamehameha el Grande construyó su reino a principios del siglo XIX.
La principal atracción de la isla, el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái (en inglés), parece de otro mundo, con sus campos de lava primitivos, fumarolas (grietas que emiten vapores) y su costa salvaje y escarpada. Pero el parque ofrece un terreno extraordinariamente variado, con siete zonas ecológicas donde sus 1.4 millones de visitantes anuales pueden encontrar paisajes de tundra alpina, desierto árido, bosques pluviales frondosos y más, en un área de 335,259 acres.
El parque, que se extiende desde el mar hasta la cima del volcán Mauna Loa, a una elevación de 13,679 pies, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987 por su rica diversidad biológica, geológica y cultural.
Consta de dos de los volcanes más activos del mundo, Kīilauea y Mauna Loa. Según una leyenda de los originarios de Hawái, la diosa hawaiana del fuego, Pele, habita en el cráter en la cima del volcán Kīlauea. Se cree que su furia y envidia desencadenaron las erupciones volcánicas que, hace mucho tiempo, alteraron el paisaje de la isla.