A lo largo de las últimas décadas hemos sido testigos de un rápido ascenso, y posterior descenso, de numerosas tendencias de decoración. Ahora, el minimalismo cálido o el estilo Hanói reinan en el mundo del interiorismo. Sin embargo, más allá de las modas decorativas de cada momento, hay piezas que sobreviven a cualquier corriente.
Precisamente de tres de ellas queremos hablarte hoy porque aunque los muebles de Ikea o los accesorios de Primark Home reinen en la mayoría de los hogares, estas propuestas marcaron un antes y un después en la historia de la decoración.
El sofá es uno de los muebles protagonistas de cualquier casa, de ahí que su elección no sea un tema baladí. Existen numerosas propuestas para acertar, pero iconos hay pocos, siendo uno de los más destacados el sofá Chester o chesterfield. Sus orígenes nos llevan al siglo XVIII, cuando el vizconde de Chesterfield encargó a un ebanista un sofá que ayudará a sentarse recto (sin arrugar la ropa).
El resultado sigue siendo todo un icono de diseño, un sofá de cuero marrón con reposabrazos y respaldo a la misma altura que debe tener un tapizado de acabado capitoné. Una propuesta de marcado aire británico que arrasa hoy en idea en espacios de estilo industrial.
Viajamos en esta ocasión hasta la mitad del siglo XX (una edad dorada para el interiorismo) para descubrir la magia de la mesa Tulip. Creada entre 1955 y 1956 por Eero Saarinen, y a la venta desde entonces en la prestigiosa firma Knoll, el arquitecto finlandés buscaba un mueble de influencia retro futurista. Así, diseñó la línea Tulip (en la que se integra esta mesa) con un diseño inspirado en cómo creían entonces que sería el futuro.
Una propuesta donde la única pata (o pedestal) es el gran sello reconocible. A la venta desde entonces, podemos encontrarla en diferentes tamaños, materiales y precios, ya que son numerosas las piezas inspiradas en ella. Aunque las de la compañía Knoll, que tiene registrado el diseño, parte de unos 6.000 euros para las mesas de comedor.
A lo largo de los siglos, los espejos han sido auténticas piezas de lujo, solo aptos para los personajes más ricos de la época, como reyes y reinas. Aunque a partir del siglo XVII se fueron haciendo más accesibles y populares. Su momento de mayor expansión, para la mayoría de los ciudadanos, llegaría en el siglo XVIII, precisamente donde nació el espejo Sol, que buscaba imitar los rayos celestiales con reminiscencias a los cuadros religiosos.
Una pieza que terminó de pulir el diseñador Line Vautrin en los años 60, ya que creó un modelo más fino y minimalista que hoy en día siguen imitando cientos de firmas tanto asequibles como lujosas. Así, los espejos estilo Sol siguen siendo un accesorio decorativo que arrasa en ventas.
Debemos destacar también una de las sillas (o sillones) más icónicas en la historia de la decoración: la silla Barcelona. Creada por Ludwig Mies Van de Rohe y Lilly Reich en 1929, siendo su nombre técnico MR90, formaba parte del Pabellón Nacional de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona en 1929. Un diseño sencillo, lejos de las piezas más ornamentales típicas del art decó, que ahora vuelven a estar tan de moda en este 2022.
Así, Van de Rohe y Lilly Reich han pasado a la historia por su estructura de acero cromado y asiento de cuero con proporciones elegantes y muy estudiadas para darle confortabilidad. Un icono inspirado en las sillas 'sellas curulis' del Imperio Romano que simbolizan el poder y que alcanzó aún más fama cuando comenzó a producirse para el público en la década de los años 50. Ahora, también comercializada por la firma Knoll, una silla Barcelona original puede ser nuestra por unos 7.000 euros, según el acabado.
Finalmente, aunque existen muchos más iconos del diseño de interior que se merecen estar en esta breve selección, queremos despedirnos con la lámpara Sputnik. Un símbolo de la carrera espacial y los sueños sobre el futuro que, más de cinco décadas después, sigue siendo moderna y vanguardista. Creada en 1957 en honor al satélite de la Unión Soviética del mismo nombre, es todo un rey del estilo mid century.
Hoy en día podemos encontrar este tipo de lámparas en diferentes colores y formatos, aunque la combinación de metal dorado con bombillas blancas continúa siendo el favorito. Ideal especialmente para no recargar los espacios pequeños, siempre viene bien recordar que estas piezas históricas son una maravillosa fuente de inspiración en nuestras casas. El tiempo pasa a su favor y parecen ganar estilo con cada década.