A veces las cosas suceden cuando uno menos lo espera. Este es el caso de Sabrina Fontana, quien estando en la Universidad de Yale, en Connecticut, en el año 2012, sintió que su vida tenía que tomar otro rumbo. Esta abogada participaba de un scholarship de Derecho en Estados Unidos cuando conoció a Luz Mallaviabarrena, con quien comenzó a idear un proyecto soñado que nada tenía que ver con la abogacía.
Fue así como empezaron a pensar su propia marca de ropa. Dicen que no hay mal que por bien no venga: fue en pandemia cuando encontraron el momento para pensar e idear este proyecto original y distinguido.
Siempre fueron chicas urbanas, inquietas, que les gustaba todo el mundo del arte y de la moda. Fue así como en medio del confinamiento, en marzo de 2020, decidieron invertir $ 200.000 y crearon Heloise, una marca de indumentaria con prendas clásicas y atemporales, cómodas para estar en casa, sin perder la idea de lujo y distinción.
Este proyecto no fue soplar y hacer botellas. Ambas socias invirtieron varios meses de investigación, charlas con expertos del rubro e idas y vueltas para llegar al producto final. Buscaron las telas que más les gustaban, todo en medio de la pandemia. Les llevó un poco más de tiempo, pero ambas sabían que ese proyecto iba a ver la luz. Y así fue
Desde hace unos años, Sabrina decidió continuar sola con este proyecto. “Arrancamos en plena pandemia. La colección en el comienzo era todo más volcado al luxury, queríamos hacer una marca lujosa. Las personas se quedaban en ese momento, mayormente, dentro de la casa, no había eventos, la idea era estar bien y arreglada, buscar ese lujo pero dentro de tu casa. Como si estuvieras en las películas, que uno se levanta y está impecable”, rememora Sabrina a Infobae.
Y sigue: “Luego fuimos avanzando y vimos que la gente buscaba géneros más naturales, por eso empezamos a incorporar el lino, pero siempre respetando el lujo, que es como la esencia de lo que es Heloise. Es nuestra marca registrada”.
Que sea una marca registrada de pijamas y homewear. Por ese lado fue esta emprendedora. “Siempre tratando de que la mujer se sienta cómoda pero al mismo tiempo arreglada y producida. estando en su propia casa”, dijo.
Tanto como cuando estaba con su socia, como en el último tiempo, ya en solitario, Sabrina tuvo que aprender a hacer sobre la marcha. Hubo muchos desafíos, como el de hacer un balance entre lo que le gustaba y los costos del mercado. Siempre apostando a la calidad y la atemporalidad, la emprendedora dice que a nivel global se está dejando un poco de lado todo lo que es el fast fashion. “Apuesto a prendas que tengan durabilidad y variedad de usos también”, asegura ella.
“Actualmente tengo un showroom en Palermo, en el que están haciendo refacciones. Hemos vendido en Montevideo y seguimos apostando al mercado, más que nada local, pero con posibilidades de expandirnos al internacional”, afirma Sabrina.
Para la líder del emprendimiento, lo que distingue a la marca es la calidad. “No es un pijama no más. Es todo una experiencia. Desde la caja hasta el aroma que se coloca en la prenda. Entregamos piezas que elevan el lujo en cualquier momento del día”, subrayó.
Y cierra: “Hoy en día buscamos que todo lo que son las terminaciones sean con vivos y los complementos mejores para la prenda, géneros como el lino no pueden faltar, porque sabemos que la gente está pensando mucho en la sustentabilidad”.
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