La industria de la moda está cambiando. Un sector que históricamente ha sido considerado como el segundo más contaminante del planeta, y que según la ONU provoca el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 20% de la contaminación de agua a nivel global, está en plena transición hacia un nuevo paradigma. Los conceptos de sostenibilidad y circularidad se imponen ante una realidad que nos exige una responsabilidad en todos los aspectos de nuestro paso por el mundo, incluida la manera en la que nos vestimos. Desde los pequeños productores a los grandes grupos, este nuevo enfoque lleva a nuevas técnicas, materiales y al propio concepto de consumo.
Como uno de los mayores productores mundiales del sector de la moda, H&M se ha marcado como prioridad un plan de acción en el que la sostenibilidad se extienda a todas sus actividades, desde los procesos de producción a los materiales que se utilizan en sus diseños o la energía que se utiliza en su creación y distribución. “Nuestra ambición es transformar la industria en base a un enfoque circular, y ser sostenibles en toda la cadena de valor”, explica Nuria Ramírez, directora de sostenibilidad de H&M.
Esos esfuerzos se plasman en el informe anual de la compañía sueca, que muestran la reducción de emisiones y gasto energético, con el objetivo de que el 100% de los productos de sus marcas estén creados bajo principios de economía circular en 2025, pero también en colecciones como Co-Exist Story, la primera del grupo que cuenta con la aprobación de la organización animalista PETA gracias al uso de materiales de vanguardia que apuestan por alternativas sostenibles en lugar de materiales de origen animal.
Dentro de esa estrategia, H&M ha desarrollado Circulator, una herramienta destinada a medir el impacto de la producción de una determinada prenda o colección en gasto energético, emisiones a la atmósfera o la cantidad de agua necesaria para su creación. “Es una herramienta de diseño circular no solo para H&M, sino para la industria en general”, aclara Ramírez. “Puede ser valiosísima en el futuro para que la circularidad pueda ser escalable. Parte de esa apuesta pasa también por cambiar el enfoque con el que se crean los diseños que luego se trasladan a las tiendas de todo el mundo, y se centra en la formación de los creadores del futuro”.
Una nueva generación de diseñadores
En España, uno de los lugares de referencia en el desarrollo de nuevos diseñadores es el Centro Superior de Diseño de Moda, que en 2016 recibió por su labor el Premio Nacional de Moda. En colaboración con esta institución, H&M ha creado el CSDMM & H&M Circular Program, un proyecto enmarcado dentro del grado superior de diseño de moda que promueve las prácticas de circularidad como parte integral de la formación de sus estudiantes. “Si queremos ser realmente sostenibles en toda la cadena de valor de la industria de la moda es fundamental que lo seamos en esa primera etapa, el diseño”, afirma Nuria Ramírez. Este programa acompaña a sus estudiantes a lo largo de dos semestres en los que reciben formación en técnicas, procesos y materiales sostenibles, y que incorpora un proyecto final para cada periodo en el que los alumnos ponen en práctica las enseñanzas recibidas.
El diseñador Juan Vidal es el encargado de dirigir este proyecto, que dota de conocimientos y herramientas a los alumnos del grado, y que integra la sostenibilidad como una parte básica de su formación. “Las nuevas generaciones no tienen vicios adquiridos, llevan en el ADN el concepto de sostenibilidad”, afirma. “Para ellos, ya no es algo que se vea como un añadido a su trabajo, es una obligación para que pueda existir. Tienen ese chip de la circularidad ya instaurado”.
Vidal destaca de este proyecto la forma en la que los alumnos entienden y consumen la moda, “reconvirtiendo, transformando y utilizando materiales reciclados. Es una forma de vida más que una asignatura. Cada profesor imparte una parte del temario. Con su profesora de tejidos, por ejemplo, estudian las innovaciones textiles”, detalla. Él se encarga de dirigir su visión general en una serie de proyectos que tienen en los procesos casi artesanales una vía de aprendizaje básica.
Reciclaje y teñido con frutas
Como parte del programa, los alumnos han tenido la ocasión de realizar diseños originales a partir de prendas de colecciones antiguas de H&M adjudicadas a cada uno de ellos al azar, con el objetivo de mostar las posibilidades del reciclado. “Se les da una segunda vida para que sean reinterpretadas y se conviertan en piezas únicas, pensadas para durar, algo que también encaja con el enfoque de sostenibilidad”, apunta Vidal.
Los diseños de los alumnos fueron presentados en un acto en el que un jurado, formado por diseñadores destacados de la moda española, seleccionó tres propuestas cuyas autoras recibieron un premio en metálico y la oportunidad de que sus creaciones sean expuestas en el showroom de H&M. María Gutiérrez Fuston, una de las ganadoras, partió de un vestido plisado verde de la colección Conscious Exclusive AW20 para crear una pieza inspirada en las consecuencias psicológicas de la Covid-19. “Desde conceptos como el aislamiento, la presión o la preocupación creé un diseño que tiene ciertas características demoniacas o alienígenas”, explica. Su prenda juega con la idea de tentáculos, utilizando el material sobrante del vestido original como relleno de esas membranas.
Dior Cámara García, otra de las ganadoras, apostó por la creación de una chaqueta reversible, que aúna diseño y accesibilidad, para lograr una prenda ideada para perdurar en el tiempo más allá de la vida útil habitual. “Me inspiré en el artista Odilon Redon y el uso de los ojos en su iconografía”, explica. “Esa idea me llevó hacia el concepto de mirar en el interior y, de ahí, a las vísceras”. Como punto de partida, la prenda que utilizó fue un vestido de la colección Spring Fashion 2021 de H&M.
Su chaqueta presenta por uno de los lados unos agujeros de los que asoman materiales reciclados, realizados con retales del vestido con el que debía realizar su diseño. Por el otro lado, es “una chaqueta roja, pensada para ser utilizada en la vida diaria, una prenda de calidad”. Para ello empleó lana reutilizada y materiales naturales como organza de seda.
La tercera ganadora, Ane Bajo Bermúdez, partía de tres prendas de denim en color blanco, también parte de la colección Spring Fashion 2021 de H&M, como lienzo para su diseño. “Quería plasmar las conexiones humanas, cómo a lo largo de nuestra vida conocemos a personas que nos dejan sensaciones y momentos de los que aprendemos”, detalla. En su proceso de creación, experimentó con tintes naturales a base de frutas y verduras. “Fue un reto. Fui a fruterías para pedir que me prestaran los productos que fuese a desechar, para que fuese lo más sostenible posible. Los tonos rosas de su diseño los consiguió a base de cocer fresas y frambuesas con los retales de las piezas originales, mientras que las cáscaras de cebolla y la zanahoria aportaron tintes amarillos. Las partes moradas son el resultado de utilizar moras y arándanos. Un proceso libre de químicos que, como ella misma indica, fue “laborioso y manual”.
La formación de estos jóvenes diseñadores continuará ahora dentro del marco del CSDMM & H&M Circular Program con un segundo semestre en el que su objetivo será crear una colección completa bajo los criterios de sostenibilidad. “Esta no es una colaboración a corto y medio plazo, sino que quiere contribuir a este paso de transformación de la industria”, concluye Ramírez.