La moda es un sector económico esencial en España que genera el 2,8% del PIB y cuenta con una importante presencia en el mundo laboral, más del 4% del empleo. Debido a su importancia en la economía, el derecho de la moda surge por la necesidad de abordar de una forma especializada el ordenamiento jurídico aplicable y la resolución de conflictos específicos del sector.
Los abogados dedicados a este sector tienen un papel fundamental a través del asesoramiento legal transversal y altamente especializado a las empresas que participan en las industrias de la moda, el diseño y el lujo.
Este asesoramiento se inicia desde que un producto sale de la cabeza del diseñador hasta que acaba sus días. Los bufetes participan en la regulación tanto de las condiciones de trabajo de los diseñadores como de la titularidad de sus diseños. Luego llega la contratación mercantil, desde el suministro de las materias primas -adquiridas casi siempre en terceros países- a su fabricación, distribución y almacenaje. Igual sucede con los modelos de comercialización (contratos de franquicia o de agencia tan habituales en el sector). Hay que alquilar o comprar locales, decoración, contratar empleados, cumplir con la normativa de comercio minorista de cada CCAA, asesorar sobre normativa de protección de consumidores y usuarios, legislación sobre publicidad… Si las empresas también venden por internet, se necesita además asesorar sobre normativa estricta de ventas a distancia.
Asesoramiento transversal
El ejercicio profesional en este mercado exige de fuertes conocimientos en derecho de propiedad industrial y empresarial con el fin de prestar sus servicios jurídicos en protección de marcas, de patentes, de diseños. Este ámbito normativo es fundamental para proteger cualquier signo distintivo de los diseños, la base del negocio del sector de moda que posteriormente se traslada al mercado.
La moda es un sector muy competitivo y dinámico por la necesidad debe nutrirse de nuevas creaciones estéticas que deben ser protegidas contra copias e imitaciones. No basta con un profundo conocimiento jurídico, los despachos son conscientes de la velocidad con la que se mueve el sector y de los profundos cambios estructurales a afrontar por lo que es imprescindible una relación muy directa con diseñadores, empresarios de la moda y del lujo.
Pero el asesoramiento puede provenir de todos los departamentos del despacho, desde inmobiliario hasta medioambiente pasando por propiedad intelectual e industrial. “Lo bonito de este sector es su complejidad y competitividad, factores que requieren contar con equipos de abogados especializados en distintas áreas del derecho pero que tienen un punto en común: profundo conocimiento de la industria de la moda” asegura Cristina Mesa, socia del Departamento de Propiedad Industrial e Intelectual de Garrigues.
El asesoramiento que ponen en marcha bufetes y boutiques legales es transversal porque ofrecen sus servicios a una industria que aborda todas las ramas del derecho. Para Silvia Muñoz Valera, CEO de Torrijiano Abogados, “el derecho de la moda es un vórtice que tritura el antiguo concepto de áreas legales y que va más allá del propio derecho”. Para afrontar este reto se necesitan equipos de trabajo multidisciplinares para poder dar una adecuada respuesta a las necesidades de los clientes, “lo que supone un apasionante reto al ejercer la abogacía, y se necesitan fuertes dosis de pasión y compromiso”, asegura la letrada.
Asimismo, el notable aumento del uso de las tecnologías de la información y la globalización en la industria textil impone al asesor de empresas o diseñadores que comercializan online el deber de tener conocimientos sobre regulación digital. En particular en materias como las relaciones con bloggers e influencers; la cesión de derechos de imagen, el comercio electrónico, el uso de cookies o la protección de datos.
El derecho medioambiental también ha calado en esta industria para introducir la perspectiva de la sostenibilidad en moda motivada por la necesidad de afrontar el cambio climático y superar situaciones de explotación laboral y vulneración de los derechos humanos en los países donde se encuentra la mano de obra y que implica un compromiso internacional. Silvia Muñoz defiende que “la moda será sostenible o no será”.
Esta industria requiere de abogados con un conocimiento muy amplio del sector y de sus distintas ramas -textil, calzado, joyas, etc.-, que incluya desde los diseños artesanales y basados en economía circular hasta los productos fabricados de manera rápida mediante la detección de tendencias y con obsolescencia programada. “No es fácil encontrar firmas legales que conozcan la industria y sus necesidades reales para poder aportar valor”, asegura Enrique Ortega Burgos, presidente de la Asociación de Expertos en Derecho de la Moda.
Abogado especializado
En el caso de los abogados in house de empresas de moda, el contacto habitual con los responsables de marketing, desarrollo de negocio y ventas debe ser fundamental, “si no fuera así, la relación puede ser muy frustrante y poco productiva”, agrega Cristina Mesa.
Los bufetes especializados en derecho de la moda o con departamentos ad hoc apuestan por la contratación de abogados con una formación doble con especialidad en derecho mercantil, laboral y fiscal, así como un conocimiento profundo del sector. Sin olvidar que cada vez más se requiere que estos profesionales tengan un profundo conocimiento del componente tecnológico, especialmente esencial para las empresas del sector que se ven afectadas por los nuevos hábitos de consumo y su digitalización.
Como señala Enrique Ortega, la fashion law y la industria del retail se han visto afectadas por las restricciones de movimiento y por el descenso del consumo. Por ello y por los cambios de hábitos de los consumidores que cada vez compran más online, es imprescindible un amplio conocimiento del derecho tecnológico en este sector donde la normativa “se ve orientada hacia un mundo cada vez más digital donde las nuevas tecnologías aplicadas a la industria cobran cada vez mayor importancia” añade.
En todo caso, los expertos coinciden en que más allá de todos los conocimientos, la pasión por la moda, el compromiso con el cliente, y los grupos multidisciplinares y con perfiles diversos, deben ser las características indispensables de cualquier equipo dedicado al derecho en esta industria.
'Fashion' frente a Covid- 19
Caída de negocio. El descenso anual acumulado de enero y febrero entre las empresas de la moda se situó en el 47,2%, por encima del 39,8% con que el sector finalizó el conjunto de 2020. Estos empresarios confían que las ventas ya comiencen a anotar evoluciones mensuales positivas dada la baja base comparativa con 2020.
Cambios del sector. La crisis económica derivada de la pandemia “ha sido un momento propicio para encontrar nuevas oportunidades de inversión para muchas empresas del sector”, asegura Esther Pérez, manager de Mercantil y M&A en Ceca Magan. Se ha recurrido a la concentración (Talaman adquirió Canada House y Tuc Tuc o El Corte Inglés absorbió Sfera), otras han tenido que salir del mercado español (Petit Bateau), ajustar estructuras (El Naturalista y Primark), posponer relanzamientos (Intropia) o se han visto obligadas a declararse en concurso (Brooks Brothers, Majorica, Etxart&Panno).
Menos registros de marcas. El Registro Internacional de Marcas disminuyó ligeramente en 2020, debido a la ralentización en la introducción de nuevos productos y servicios. Las solicitudes internacionales presentadas ante el Registro Internacional de Marcas bajaron un 0,6% en 2020, cayendo hasta la cifra de 63.800. Se trata del primer descenso desde la crisis financiera mundial de 2008-2009.
Caída de dibujos y modelos. La repercusión económica de la Covid también afectó a la demanda de protección de dibujos y modelos industriales por medio del Sistema de La Haya para el Registro Internacional de Dibujos y Modelos Industriales. La demanda descendió un 15% en 2020, hasta los 18.580 diseños, siendo el primer descenso desde 2006.