El vestido es el look número 12 de la colección Annual 21.22 que presentó en la semana de la moda de Madrid bajo el paraguas de Madrid es Moda y que después llevó a la feria Tranoi de París, celebrada en el Palais de Tokyo de la capital francesa. La colección cuenta con un 65% de prendas sostenibles materializadas en tejidos reciclados, orgánicos y sin tratar, fabricados con energías verdes y fibras naturales. La estética recuerda mucho a la de los años noventa, como el singular escote lateral del vestido de Georgina.
Pajares, que tiene su taller en la calle Torija, cerca de la Gran Vía madrileña, se recuerda desde siempre atraído por la moda y las campañas publicitarias de las grandes marcas. Comenzó cosiendo sus propios trajes de baile deportivo, y los de sus parejas en las competiciones, con una máquina que le prestó su tía “inventándome los patrones”. Tiempo después se graduó con honores por la ESD de Madrid y consiguió una beca para la prestigiosa Central Saint Martins de Londres. Sarah Jessica Parker le hizo soñar con la moda en su infancia (“Me encantaría vestirla”, confiesa) y aspira a llegar a la reina Letizia: “Sus looks más rompedores me fascinan”, dice.
Con una industria en pleno proceso de transformación, este es un momento clave para las marcas pequeñas. “El público está cambiando su concepto del lujo y lo asocia a exclusividad y artesanía, no tanto a un precio. La gente empieza a entender lo que son los productos bajo pedido y comprenden que hay un equipo detrás trabajando en su pieza. Nuestros valores son muy claros: creo en una moda de consumo y producción consciente. Menos y mejor, comercio justo, sostenibilidad, exclusividad y cuidado del medio ambiente”, relata.
“Internet y las RRSS nos han abierto unas puertas gigantes a todo. De hecho hoy mandamos dos paquetes fuera de España; Egipto y Canadá y sigo sin entender cómo es posible llegar a esos rincones”, asegura. Nos cuenta que siempre le han encantado los trabajos de Nicolas Ghesquière y Raf Simons, y sus “maestros” fueron Antonio y Juan Carlos, de The 2nd Skin Co.: “Empecé con ellos antes de emprender este duro y feliz viaje”, recuerda. Hoy vende a través de su tienda online y en algunas multimarca, y una de las claves de su éxito está en la adaptación de prendas de la colección a clientas en su taller. Pajares cuenta con un equipo de unas ocho personas entre taller, patronaje, gestión y comunicación: “Casi todo el personal es subcontratado, las temporadas en moda son muy inestables y haya que ser muy hormiguita, pero somos un equipo al completo”, reconoce. “Desde 2016 trabajo en mi marca y vivo de ello, para mí es un lujo y un sueño con sus altibajos, esto de emprender es una montaña rusa y es muy duro viniendo de una familia humilde y sin 'padrinos' ni inversores”.