El almeriense Alejandro Mateo, de 39 años, dijo adiós a los fogones internacionales para centrarse en su pasión: diseñar y fabricar sombreros. La pandemia fue la excusa perfecta para cambiar radicalmente de vida y en Las Negras ha encontrado su particular paraíso para volver a su tierra 20 años después.
¿Cómo pasa uno de ser cocinero a dejarlo todo para hacer sombreros?
Fue una auténtica casualidad. Yo estudié cocina en Escocia y me he dedicado a ello durante toda mi carrera, 20 años, porque me gustaba y me permitía viajar, lo que me ha llevado a trabajar en restaurantes de Almería, Alemania, París o Singapur. Y en mi último trabajo, que era como cocinero particular en los vuelos de primera clase de una aerolínea de Emiratos Árabes, llegó la pandemia y se pararon todos los vuelos. Me pilló en Abu Dabi y comencé a interesarme mucho más por el mundo de los sombreros artesanos, un universo con muchosaños de historia pero sobre el que no hay una escuela, por lo que tienes que ser autodidacta y me puse a ello con tanto tiempo libre.
Y le cautivó...
Efectivamente. Cuando llegó la pandemia me metí de lleno en los sombreros para ir conociendo más y, a la vez, poniéndolo en práctica. Entonces hice mi primer diseño, al que llame ‘Gypsy Boy’, un sombrero negro con toques metálicos, y me lo llevé a un ‘brunch’ donde mucha gente me preguntó que dónde lo había comprado. Ahí vi que había futuro y viendo cómo estaba la situación a nivel internacional me dije es ahora o nunca y decidí cambiar de vida. Y no me arrepiento, pues disfruto más que con la cocina y siento que he encontrado mi vocación.
¿Por qué eligió Las Negras para su cambio de vida?
Después de venir de viajar tanto y vivir en lugares tan diferentes quería encontrar un sitio en el que poder llevar el estilo de vida bohemio que quiero y el Parque Natural de Cabo de Gata siempre ha sido un lugar que me ha encantado, por lo que decidí que me iba a instalar aquí y así llegué a este rincón en el que ahora nacen todos mis diseños: Las Negras.
¿Y ha encontrado la inspiración?
Sí, por supuesto. Llevo más de un año dedicado por completo a los sombreros y aquí he encontrado un sitio perfecto para inspirarme. Porque es tener la idea, encontrar la creatividad, lo que más tiempo me lleva a la hora de hacer los nuevos modelos de sombreros.
¿Cuánto le lleva cada diseño desde que lo tiene en su cabeza hasta que se hace realidad?
Como te he comentado, llegar a la conclusión de qué es lo que quiero y cómo lo quiero es lo que más tiempo me lleva, pero luego fabricar el sombrero, que está hecho totalmente a mano, me lleva alrededor de tres días. Pero todos son personalizados y van hechos a medida, por lo que cada sombrero Alejandro Mateo se hace desde cero siempre.
¿En Almería se estila el sombrero o es una moda que se resiste?
Aunque la moda general va por fases, creo que los sombreros no son para todos los públicos porque es un complemento muy llamativo y que centra todas las miradas y hay quien no se atreve. El sombrero necesita mucha confianza para llevarlo, porque es el complemento más diferencial. Y en Almería esto lo veo en muchas ocasiones, pues hay quien me pregunta, quien se pone en contacto conmigo o quien lo ve y dice que le encanta, pero luego no son tantos los que se atreven a llevarlo.
¿Su público donde está?
Principalmente vendo fuera de España, aunque también me encargan algunos diseños ya de algunas provincias como Mallorca, pero aquí todavía cuesta ver a personas que se atreven con un sombrero. Así, ahora mismo mis clientes son generalmente de fuera, de países como Dubái o Alemania y también de otras zonas como Saint-Tropez, en Francia.
Ahora también se atreve con las alpargatas.
Sí, a través de mi pareja, Buba, que es mi mayor apoyo, también hemos puesto en marcha una línea de alpargatas elaboradas cien por cien a mano y que es ella misma la que se encarga de hacerlas.