EntrevistaINES, fundada por la argentina Inés Aquino en 2021, contiene todas las prendas, desde la camisa blanca, a la gabardina o los pantalones de pinzas, necesarias a la hora de construir un guardarropa perfecto (o casi)Por Sara Hernando
No hay nada más sostenible que un armario cápsula. Así lo entiende Ines Aquino (1981, Buenos Aires), fundadora y diseñadora de su firma homónima, INES, con la que pretende hacerse un hueco en la industria de la moda patria. Argentina de nacimiento pero afincada en Barcelona, Aquino ofrece diseños de calidad, bien confeccionados y que, promete, se pueden incluso heredar de padres a hijos. “Me he dado cuenta que siempre hablamos de heredar, y todo este concepto gira alrededor de prendas que ya son vintage. Uno de mis objetivos es que la marca sea consumida por gente que quiere dejar estas prendas a sus futuras generaciones, ser el primer eslabón en la cadena de herencia”. No es complicado, muchas de sus prendas llevan décadas a prueba de bombas (y de tendencias), desde la camisa blanca –“En mi caso siempre prefiero que sean holgadas, y jugar con el largo. Las uso para una reunión con traje o con jeans y zapatillas”–, a los pantalones sastre, las gabardinas o las bufandas de alpaca.
“Estas serían las prendas básicas que debería haber en un buen armario cápsula. El resto puede variar según el estilo de vida de cada uno, pero creo que estas prendas se adaptan a los diferentes estilos. La versatilidad es una forma de sostenibilidad. No hago ropa que sea para día o noche, sport o elegante. En mi armario tengo todos las prendas mezcladas, todo tiene que ver con el estado de ánimo y las ganas que tengas de vestirte de tal o cual manera”, afirma. Suficiente para abrazar el concepto de sostenibilidad, aunque en su caso va más allá. La mayoría de sus prendas están confeccionadas en Barcelona en talleres locales, salvo las boinas, fabricadas en el País Vasco, y la línea de alpaca, que se hace en Perú: “Las alpacas que se utilizan para nuestras mantas y bufandas, solo se esquilan una vez al año y a mano con tijera ya que las máquinas esquiladoras con su ruido y cuchillas suponen un estrés muy grande para estos animales. Sabiendo estas cosas, usar las prendas da una satisfacción extra”. Con precios que rondan los 200 euros para una camisa, o los 50 para los pañuelos de seda estampados, INES supone una tabla de salvación para aquellos que busquen diseños robustos con vocación de eternos. Conversamos con Ines Aquino sobre la importancia de repensar nuestro armario para vivir de una manera más sostenible.
¿Cómo y cuándo surge INES?
En 2015 fundamos con una socia una marca en Argentina especializada en prendas de cuero. Durante esos años aprendí mucho y el crecimiento de la marca fue un éxito. Pero yo ya llevaba años como activista de la protección animal, soy vegetariana, y ser parte activa de la industria del cuero y estar en la trastienda realmente me mortificaba. Claramente no iba con mis principios y había una gran contradicción que hoy entiendo como parte de un proceso de evolución. Cabe destacar que en un país como Argentina, estar en contra del cuero y renegar del éxito de tu empresa es una locura. ¿Quién querría renunciar a semejante logro? Aspiraba a tener mi propio proyecto, 100% fiel a mis principios, hacerlo sola desde cero (nunca del todo sola porque en cada paso que doy mi hermana Isabel está ahí colaborando, aconsejando, despejando miedos y dudas) y ahí surgió I N E S. Pensé y pensé nombres pero al final me di cuenta que lo más honesto era que llevara mi nombre, ya que iba a hacer todo lo posible por reflejar ahí mis principios (éticos y estéticos).
Lanzas la firma en Buenos Aires y decides moverla a Barcelona, ¿por qué?
En 2017 hice un viaje con mi marido Juan para visitar una amiga en Los Hamptons, Nueva York y luego volamos a España e Italia. En España nos quedamos, entre otros sitios, en Barcelona y en una casita que tenemos en los Pirineos, ya que Juan, además de ser filmmaker es aladeltista y allí el clima es ideal para volar cuando no lo es en la Patagonia (de donde es él). Yo siempre había creído que mi sitio era Nueva York, pero cuando llegué a Barcelona me enamoré de la ciudad. Se quedó en mi mente y en mi corazón repicando. Al volver, deje mi marca de cuero, y empecé a armar I N E S. Ese mismo verano estábamos con amigos en un lago en la Patagonia y nos envalentonamos y dijimos, ¿por qué no? Volvimos a Buenos Aires, cerramos todo y nos vinimos a España. Pasamos por Málaga, donde nació nuestra hija, luego pasamos el primer año de pandemia en los Pirineos donde empecé a buscar telas europeas certificadas, talleres, y a pensar como seria la nueva versión de I N E S aquí. Así que estuve dos años desarrollando este nuevo comienzo que hoy renace aquí en Barcelona.
¿Qué experiencia previa tenías en el sector de la moda?
A los 15 años tuve mi primer trabajo, pero fue a los 18 que comencé en la moda. Primero trabajé en tienda y luego pasé a ser responsable de producción, viajando, conociendo fábricas y resolviendo los problemas más insólitos. Luego pasé a senior designer de niños y un tiempo después fui senior designer de ropa de mujer. Estuve más de quince años en la misma firma donde hice carrera y después de muchos años abrí mi propia empresa.
¿Cómo definirías tu firma?
I N E S es una firma que busca trascender a la tendencia, dejar de lado ese agobio del fast fashion. Siento que nadie ayuda a crear piezas versátiles y un uniforme con estilo propio que se adapta a diferentes siluetas y usos. Me he dado cuenta que siempre hablamos de heredar, y todo este concepto gira alrededor de prendas que ya son vintage. Uno de mis objetivos es que la marca sea consumida por gente que quiere dejar estas prendas a sus futuras generaciones, ser el primer eslabón en la cadena de herencia. Al mismo tiempo me gusta pensar que la ropa que hago se comparte con tu pareja, el chubasquero, las bufandas, el pijama… Todo se puede compartir y creo que esto último es un nuevo concepto de lujo sostenible también.
¿Y a nivel estético?
Mi estilo es bastante masculino, mi debilidad son las camisas, los mocasines, y la sastrería, así que masculino-femenino es el estilo que mejor define I N E S. Creo que mi fuerte es la sastrería y si yo fuera una prenda sin dudas sería una camisa blanca.
¿En qué te inspiras a la hora de diseñar?
Cada vez me inspiro más en mis raíces, en lo que me ha rodeado durante mi infancia y juventud, los amigos artistas de mis padres, en los caballos de carrera de mi padre, en sus camisas, en la música y naturaleza pero también y mucho, en la ciudad, su gente y sus necesidades, en los cafés de Buenos Aires que tanto extraño, el campo argentino y su ropa de trabajo.
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Por Marina Valera
¿Te influye este concepto del armario cápsula a la hora de diseñar?
Ha sido un alivio pasar de diseñar colecciones de más de 200 artículos a lo que hago ahora, un estilo muy masculino, de sastrería y clásico. Como diseñadora, siempre estoy pensando en nuevas formas, nuevas líneas y materiales. Me gustan las sutilezas y los detalles. Puede parecer difícil diseñar o crear piezas nuevas que sean novedosas pero la realidad es que hace años que usamos camisas, pantalones, monos y accesorios que trascienden la moda.
¿Cuáles dirías que son las prendas básicas que no pueden faltar en un armario y por qué?
Las camisetas blancas y negras del talle que te siente cómodo (oversize o al cuerpo). Debajo de cualquier sweater es lo más cómodo para estar en casa o para salir con un pantalón sastre o vaqueros siempre estarás bien. Un buen pantalón negro (yo recomiendo siempre tiro alto) es otra pieza clave y por último una gabardina, la llevas con un traje, con chándal, con stilettos y un vestido de seda debajo, para subir a un avión o para ir al parque con los niños, oficina o campo.
¿Y los materiales?
Trabajamos con los mejores materiales, no dejamos nada al azar. Hemos traído las mejores telas inglesas y portuguesas y todas tienen certificaciones de calidad y sostenibilidad. Por ejemplo la boina la fabricamos en el País Vasco y se hace íntegramente a mano en lana merino. Los pañuelos de seda son cosidos a mano. Y creo que el mejor ejemplo lo tienes en la línea de Alpaca de Perú.
¿Dónde y cómo se confeccionan tus prendas?
Todas las prendas se realizan en Barcelona, si bien estando en Europa es fácil trabajar con proveedores alrededor del mundo. Creo que era importante que la confección fuera local y participar de cerca en cada etapa del proceso de producción. El principal taller está especializado en camisas de hombre. Con ellos hicimos la mayoría de las prendas. Es la segunda generación que maneja este taller y todas las mujeres que trabajan allí son las mismas desde hace años, son pura dedicación y respeto. Ha sido un honor trabajar con ellos. El raincoat se hace en un taller uno por uno a mano por un sastre. Y para el resto de los accesorios busqué dentro de los mejores en su área.
¿Cómo estructuras tus colecciones?
El principio básico en el armado de esta última colección es que no necesites mucho más, que sea un full wardrobe. Añado piezas nuevas cuando creo que tiene sentido para mí, para la firma y para el cliente. No creo mucho en las temporadas cerradas y creo que todo es genderless. Claro que hay prendas de invierno y de verano para poder combinarlas y hacer fuertes las de entretiempo, que dependiendo de cómo las combines les das más uso y versatilidad aportando diferentes estilos. También es importante adaptar los looks al clima donde te encuentres.
¿A quién se dirige tu marca?
A todas las personas que valoren una prenda de calidad, que cuida los detalles tanto de sostenibilidad como de diseño, confección y materiales, gente que quiere sentirse a gusto con buenos géneros. Prendas sofisticadas pero simples para un mundo ya sobrecargado.
¿Dónde y cómo podemos adquirirlas?
En nuestra tienda online. En nuestra cuenta de Instagram se puede ver el espíritu de la marca, lo último de cada proyecto audiovisual que llevamos a cabo y si nos hacen alguna consulta seguramente sea yo quien conteste y asesore.
¿Cuáles son los siguientes pasos que vas a seguir con tu marca?
Esperamos abrir pronto la primera tienda física de INES en Barcelona. Extraño mucho el trato con los clientes, escuchar sus necesidades y asesorarlos. Compartir con quienes nos visiten un café por la mañana y un vino a la tardecita siempre con buena música.
¿Cómo imaginas el futuro de INES?
Espero poder trabajar con artesanos y artistas argentinos y desarrollar juntos piezas. Hacer más colaboraciones con artistas locales e internacionales y por supuesto seguir generando conciencia en la importancia de materiales cruelty free para el cuidado de la tierra y quienes en ella habitamos.
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