El Master of Business Administration (MBA) es la titulación más codiciada en el mundo empresarial. Cada año, miles de estudiantes en todo el planeta se gastan un dineral para cursarlo las escuelas de negocio de mayor prestigio. El más caro de Estados Unidos es el de Wharton School de la Universidad de Pensilvania (162.000 dólares), mientras que en Europa el de las instituciones españolas IESE e IE Business School cuestan 90.000 y 72.200 euros, respectivamente.
Se trata de un programa que otorga una visión 360º de las compañías al abordar todas las áreas que componen la gestión de un negocio, como administración de equipos, finanzas o marketing. Pero su elevado precio lo convierte en un programa al alcance de unos pocos y no es un requisito indispensable para llegar a lo más alto en el mundo empresarial. Para tener una idea, sólo 32 de los cien mejores CEOs de 2018 tenían un MBA, según un estudio de Harvard Business Review.
En 2018, el CEO mejor valorado fue Pablo Isla, de Inditex. Y no, no cuenta con un MBA en una prestigiosa escuela de negocios. Como tantos otros, Isla estudió derecho en la Universidad Complutense y luego se sacó la oposición de Abogado del Estado. Trabajó un tiempo en Banco Popular hasta que en 2005 fue nombrado CEO del gigante textil con sede en Arteixo. Desde entonces hasta hoy en día, las acciones de Inditex han pasado de valer 5 a 29 euros.
Curiosamente, Amancio Ortega —el fundador y accionista mayoritario de Inditex— tampoco se gastó 90.000 euros en un MBA. En su caso, no necesitó más estudios que los de la educación primaria para crear su imperio. Ortega empezó con una fábrica de albornoces en los años sesenta, para más adelante abrir la primera tienda de Zara en A Coruña en 1975. No fundó Inditex hasta 1985.
Jensen Huang y Bernard Arnault, el segundo y tercer CEO mejor valorados por Harvard Business Review en 2018, tampoco cursaron un máster en negocios para llegar a la cima. Huang estudió un máster en ingeniería electrónica en la Universidad de Stanford y en 1993 cofundó su compañía: Nvida. Con sólo 30 años, fue nombrado CEO y presidente de la empresa que se ha convertido en un líder mundial en la fabricación de circuitos integrados y tarjetas gráficas.
Es uno de los CEOs mejor pagados del mundo y posee una fortuna de 18.900 millones de dólares, según el índice de millonarios de Bloomberg. Mientras tanto, las acciones de Nvidia han pasado de costar apenas 0,41 dólares en enero de 1999 a rondar los 199 dólares actualmente.