“La mayor elegancia es la verdad”. Esta frase de Thierry Mugler podría ser un buen resumen del espíritu con el que el diseñador de moda francés afrontó siempre su carrera profesional. Manfred Thierry Mugler (según su nombre completo) falleció por causas naturales este domingo 23 de enero a los 73 años de edad, tal y como ha confirmado su propio equipo en la cuenta de Instagram del creador, que aglutina en la actualidad a más de 640.000 seguidores y en la que él mismo se definía como “director, inventor de shows, creador de perfumes, diseñador de moda y fotógrafo”.
En efecto, una sola etiqueta sería insuficiente para describir a Mugler, transgresor y visionario como pocos en el mundo del fashion business. Nacido en Estrasburgo en 1948, fue un niño solitario que muy pronto comenzó a practicar la danza, hasta el punto de que a los 14 años ya era bailarín profesional de la Opéra National du Rhin, en su ciudad natal.
Su padre ejercía como médico, mientras que su madre “era un modelo de elegancia por quien Thierry Mugler profesaba una admiración mezclada con un rechazo absoluto hacia esa burguesía de la cual, le gustara o no, ella formaba parte”, según recoge la autora Danièle Bott en el libro Thierry Mugler. Galaxie Glamour, editado por Ramsay en 2009. Ese jovencísimo e incansable Mugler, que era capaz de bailar hasta 14 horas al día, siempre se sintió atraído por el mundo del teatro y el espectáculo, algo que posteriormente tuvo un fiel reflejo en la concepción y la estética de sus desfiles.
Irina Shayk con Thierry Mugler en una exposición del Museo de Bellas Artes de Montreal en honor al diseñador. Instagram (@manfredthierrymugler)
El creador desembarcó en París en 1969, donde comenzó a colaborar con otros diseñadores de moda y también probó suerte como fotógrafo. En 1973 presentó su primera colección, Café de París, y en 1975 se decidió a fundar la Maison Thierry Mugler, que enseguida cobró renombre por sus diseños de estilo arquitectónico, siempre repletos de fantasía y altamente seductores. “En mí, la provocación es natural”, llegó a declarar.
Prueba de que le gustaba hacer las cosas de manera diferente al resto es que para celebrar los primeros diez años de su Maison organizó un desfile con 350 modelos en el que gran parte de los 6.000 asistentes pagaron sus entradas como si se tratara de un concierto de rock. Otra de sus afirmaciones recogidas en el libro Thierry Mugler. Galaxie Glamour y que refleja a la perfección su original filosofía es la siguiente: “La moda no es suficiente. Intento transmitir sensaciones, un sentimiento. Yo siempre cuento historias. Historias de hombres y de mujeres: espías, vírgenes, héroes, parisinas o secretarias, la vida de cada uno es una aventura. Imagino mis personajes y los pongo en escena. Para mí, la ropa es un lenguaje”.
Cardi B con un diseño de Thierry Mugler en los Premios Grammy.
Con ese lenguaje único y personal vistió a las mujeres con diseños extravagantes inspirados en insectos, robots o personajes de cómic. Entre sus musas figuraron modelos tan emblemáticas como Jerry Hall, Linda Evangelista, Adriana Karembeu, Veruschka, Stella Tennant, Nadja Auermann, Shalom Harlow, Eva Herzigova, Iman, Naomi Campbell, Claudia Schiffer… Más recientemente, en 2019, ideó un outfit para la celebridad Kim Kardashian con motivo de la famosa gala del Museo Metropolitano de Nueva York, en una aparición que se hizo viral.
Se da la circunstancia de que, en el momento de su muerte, el trabajo de Thierry Mugler protagonizaba una retrospectiva en el Museo de las Artes Decorativas de París, que según refleja la web de dicha institución permanecerá abierta hasta el próximo 24 de abril. En el libro-catálogo de esta muestra, Pierre-Alexis Dumas, presidente del museo, reconoce que con esta exposición se aspiraba a saldar una deuda pendiente con el diseñador francés, uno de los pocos genios de la moda que aún no habían tenido una retrospectiva de su trayectoria en la capital francesa.
“Acoger la exhibición Thierry Mugler. Couturissime es un honor para el Museo de las Artes Decorativas y una oportunidad única para el público: cada silueta, traje y accesorio es un trabajo artístico”, puntualiza Dumas, quien además destaca en el texto del catálogo la implicación que el propio creador brindó a este proyecto, “con su presencia activa y su complicidad”.
Este año 2022, Thierry Mugler no sólo estaba de actualidad por dicha retrospectiva, sino también debido al hecho de que su perfume más emblemático, Angel, cumple su 30 aniversario desde el año de su creación, en 1992. En esta faceta, el diseñador también rompió todos los moldes, ya que se rebeló ante la tendencia de las fragancias florales que imperaban hace tres décadas.
Jerry Hall y Georgia May Jagger durante la presentación de 'Angel' en 2015. Gtres
En este sentido, la Academia del Perfume española es otra de las organizaciones que han querido reconocer la huella imborrable de este visionario con motivo de su muerte: “Para nuestros académicos, Angel marcó el inicio de la perfumería gourmand, muy innovadora por no llevar flor y por la nota praliné, así como por la cantidad de pachuli, generando una adicción por la fusión de gusto y olor”, destaca la institución en sus redes sociales, para añadir que esa fórmula olfativa “es salvaje en su concepto” y que “la perfumería femenina no se podría explicar sin ella; es historia de la perfumería”.
Creado por los narices Oliver Cresp e Yves de Chirin, Angel –que inicialmente comercializaba el grupo Clarins y ahora está en manos de L'Oréal– sigue siendo hoy en día uno de los cinco perfumes más vendidos del mundo, según destaca el portal especializado en moda Business of Fashion (BOF).
No es casual que este perfume mítico –que ha sobrevivido en plena forma al paso del tiempo en una industria tan competitiva– esté envasado en un frasco con forma de estrella, pues se trataba del símbolo fetiche de Thierry Mugler. Es otra de las muestras del gusto que profesaba el diseñador a la fantasía en todas sus vertientes. “La estrella me aporta felicidad desde mi infancia”, dejó dicho. Desde luego, lo suyo no era aferrarse a lo mundano y estandarizado, sino que optó por refugiarse en todo aquello que nos permitiera elevarnos y soñar, tal y como se desprende de esta otra declaración suya: “Siempre tendremos necesidad de ropas extraordinarias, de una poesía excepcional”.
Sigue los temas que te interesan