Especial para Infobae de The New York Times.
Una de las tendencias más grandes de la moda de finales de 2021 no tenía que ver con el color o la longitud de las faldas o las lentejuelas, sino con la sustentabilidad. O, para ser específicos, la apariencia de las etiquetas de la ropa con datos que los consumidores pueden usar para dar seguimiento a la creación de lo que tal vez comprarán.
Las raíces de la tendencia se remontan a 2019 por lo menos, cuando Sheep Inc., una marca de ropa tejida en Londres, introdujo una etiqueta NFC —o comunicación de campo cercano, por su sigla en inglés (la misma tecnología que permite los pagos sin contacto)— que permite a los clientes dar seguimiento a la cadena de suministro de sus suéteres de lana de merino a través de una aplicación.
En la reunión G20 en octubre de 2021, la Sustainable Markets Initiative Fashion Taskforce del príncipe Carlos presentó su “ID digital”, que puede dar seguimiento a un artículo de moda desde la producción hasta la venta e incluso la reventa. Será usado por las quince marcas y minoristas de la iniciativa, incluyendo Armani, Mulberry y Chloé este año antes de que lo usen más marcas.
Además, la empresa emergente británica Provenance desarrolló software para dar seguimiento a la cadena de suministro de piezas desde el campo hasta la prenda terminada. Ganni, una marca danesa, fue la primera en usar la tecnología de Provenance el otoño pasado.
Sin embargo, fue en diciembre cuando Nisolo, una marca de calzado sustentable en Nashville, Tennessee, presentó la que quizá sea la etiqueta más familiar de todas: una etiqueta de “Información sobre sustentabilidad” inspirada en el cuadro de información nutricional de muchos productos alimenticios.
A continuación una cartilla sobre cómo funciona todo.
P: ¿Cuál es la diferencia entre estas etiquetas y las etiquetas de ropa que suelo ver en mis camisas y suéteres?
R: Durante años, las etiquetas de ropa han ofrecido información sencilla como el país donde se fabricó el artículo y su composición material por porcentaje.
Pero si es una camiseta de algodón, esa etiqueta no explica nada sobre, por ejemplo, dónde y cómo se cultivó el algodón o si las personas que lo recogieron recibieron un salario digno. O si es un suéter de lana, de dónde viene la lana y si las ovejas fueron tratadas con compasión. El nuevo etiquetado ofrece muchos más detalles.
P: ¿Cómo funciona?
R: Cada sistema de etiquetado es diferente.
Con Sheep Inc., sostienes tu celular sobre una pestaña de plástico del tamaño de una moneda de cinco centavos hecha de un derivado de ricino biodegradable. Luego se abre una página en la aplicación, donde puedes ver “en qué rebaño está la oveja, la fecha en que se esquiló el animal, cuándo se vacunó la oveja o dio a luz por última vez, el recorrido de la lana desde Nueva Zelanda hasta el molino, los tejedores, el centro de distribución y la llegada al cliente”, explicó Alexander Lewis, diseñador en jefe de Sheep Inc.
Para la identificación digital, que Fashion Taskforce desarrolló con EON, una empresa de identificación digital, se escanea un código QR en la etiqueta o un NFC incrustado en el artículo. Eso también te lleva a una página de la aplicación, que detalla los materiales utilizados y la autenticidad del producto, una herramienta útil para el mercado de segunda mano, donde la venta de productos falsificados sigue siendo un problema importante, y para el reciclaje, pues componentes como tintes y botones son identificados.
En el sistema Provenance, se accede a la información haciendo clic a través de la plataforma de compras en línea de una marca. “Digamos que la camisa está hecha de algodón orgánico: puedes hacer clic en ‘algodón’ y ver el uso de agua, la reducción de carbono y el impacto en los trabajadores”, señaló Jessi Baker, fundadora de Provenance. “Puedes ver en un mapa dónde está la fábrica”. Hay planes para incrustar la misma información en códigos QR en etiquetas y etiquetas colgantes.
P: Eso parece engorroso y es similar a las instrucciones que vienen en las cajas de medicamentos. ¿Y si quisieras saltarte todo eso?
R: Quizá te guste la marca “Sustainability Facts” de Nisolo. Patrick Woodyard, director ejecutivo de la marca, dijo que la empresa invirtió tres años y 500.000 dólares en desarrollar la etiqueta, que aparece en sus cajas de zapatos y cambia las vitaminas y los minerales por el efecto social y medioambiental del producto, o lo que él llama “gente y planeta”.
Las valoraciones se dividen en doce categorías, entre ellas los salarios, la atención sanitaria, los materiales y el embalaje. Cada una de ellas aparece en forma de porcentaje, de modo que, si todos los integrantes de la cadena de suministro del artículo cobran un salario digno —según lo determina la Coalición Mundial por un Salario Digno— la puntuación es del cien por ciento; si nueve de cada diez fábricas ofrecen licencia por maternidad o atención sanitaria, la puntuación es del 90 por ciento. (También habrá un código QR en la bolsa del zapato y en las etiquetas colgantes de los accesorios que los clientes podrán escanear).
Es posible que no se entienda del todo la métrica de cada sección: analizar qué es un salario digno en algún país en concreto es un poco como averiguar qué grasas trans hay en las Pop Tarts. Nisolo afirma que sus datos proceden de 31 fuentes, como el Índice Higg, Textile Exchange y Good on You, así como de su propia investigación.
La etiqueta de la bota Everyday Chelsea, uno de los estilos más populares de Nisolo, por ejemplo, dice que las fábricas que la producen están bastante bien en lo que respecta a la atención sanitaria y los beneficios, pero “el embalaje y la distribución” podrían ser mejores (los planes son reducir los materiales de embalaje en un 50 por ciento).
La idea, dijo Woodyard, es que la etiqueta “sea una herramienta de concientización —para que las marcas puedan ver sus puntos débiles—, así como una herramienta de responsabilidad”. Con ese fin, comentó, el software está disponible de manera gratuita, para que todos puedan usarlo.
P: Entonces, ¿este tipo de etiquetado me facilitará ser inteligente al comprar mi ropa?
R: Cualquier identificador de rastreabilidad “es definitivamente un paso en la dirección correcta”, comentó Dilys Williams, profesora de diseño de moda para la sustentabilidad en el Centro de Moda Sustentable de la Universidad de las Artes de Londres. Sin embargo, en última instancia, la moda, al igual que la industria alimentaria, “tendrá que llegar a un punto en el que todos usen el mismo formato”, opinó. “Solo entonces tendremos un sistema realmente bueno”.