Estudió diseño industrial porque quería ser arquitecto: como sus padres lo son, dejó la idea de lado. No pensaba dedicarse a la moda, pero una situación lo acercó por primera vez a este mundo que hoy lo adora.
“Cuando tenía 16 años estaba de vacaciones en José Ignacio (Uruguay) y llovía torrencialmente”, recuerda el diseñador de moda Juan Hernández Daels, nacido en Buenos Aires hace 42 años. “Estaba en el auto y de repente vi una pareja con un perro haciendo dedo. Los levanté y me contaron que se dedicaban a la moda y tenían una marca. Eran Paula Cahen D’Anvers y Federico Alvarez Castillo, quien entonces era su pareja. Ahí recién empecé a considerar algo el diseño de indumentaria. Sin embargo, no fue una idea real hasta mucho más tarde en mi vida.”
Hoy, Daels es uno de los diseñadores más prestigiosos de la moda argentina. Vive entre París y Buenos Aires. Es independiente, tiene su tienda Sadaels en Palermo desde 2015. Pero su resonancia sobrepasa lo local: ya ha vestido a Rihanna, Charlize Theron, la jequesa de Qatar y a Máxima de Holanda, como para dar algunos nombres. Su última musa es Nathy Peluso: la cantante argentina radicada en Madrid lleva un catsuit amarillo de su marca en la nueva tapa de la revista Rolling Stone.
Formación profesional
Tímido, amable y sensible, Daels es un diseñador formado en las mejores escuelas del mundo. Primero se preparó en Amberes y luego en París.
“Estas escuelas fueron un privilegio y una tortura a la vez. Muy sacrificado y competitivo, pero valió la pena. La formación de la Academia de Amberes es única en el mundo y es una oportunidad para dar rienda suelta a procesos creativos que en otro momento de la vida no podés permitirte. En París, mi socia Josefina Roveta hizo un programa para emprendedores que aceleró nuestra inserción en el mercado internacional en el más alto nivel de networking posible de la industria. Eso nos ayudó a que la marca fuera incubada en el showroom Sphere de la Federacion de la Alta Costura como marca emergente: este años nos aceptaron en el calendario oficial de Paris Fashion Week“, relata Daels.
Aunque muchos diseñadores –Ralph Lauren, por ejemplo– han armado un imperio siendo autodidactas, Daels es un ejemplo de que formarse es importante. “De todas maneras, hay genios autodidactas también. La educación sin otras herramientas tampoco es garantía de éxito. Ayuda pero no define”, aclara.
-¿Y qué definiría el éxito, al menos en la moda?
-Depende cuál sea tu idea de éxito. Una historia graciosa es que a Pierre Berge –marido y socio de Yves Saint Laurent y sin duda uno de los más exitosos emprendedores y gestores de la moda– le preguntaban si se sentía exitoso. El decía que se arrepentía de no haber sido el creador del fast fashion... Supongo que el éxito dependerá del límite de tus ambiciones. En mi caso, creo que es conseguir un balance en donde puedas ser honesto con tu visión creativa y poder sostenerla comercialmente.
-¿Y cuál creés que fue tu primer éxito en la moda?
-Que una de las tiendas más interesantes de nicho de Kuwait haya comprado mi colección de graduación. Fue mi primer cliente y eran los diseños que presenté al recibirme. También creo que puedo considerar un éxito haberme graduado en la Academia de Amberes con uno de los promedios más altos en muchos años, con altos honores, cuando todo mi paso por la secundaria fue tortuoso y con pésimo desempeño escolar.
-¿Por qué pensás que se te reconoce en Europa?
-Porque tenemos una estética muy particular, que combina un ADN antagónico, mitad belga y mitad argentino. Busco lo híbrido, que es la riqueza de la marca.
-¿Para hacerse un nombre en esta industria hay que volverse un workaholic?
-Para ser un emprendedor y ser independiente, seguro. Trabajo en vacaciones, de día y de noche.
Entre París y Buenos Aires
Para Daels, vivir entre las dos ciudades, con lo que implica a nivel de aeropuertos, es un placer. “Buenos Aires es mi hogar indiscutido: aquí nací. Pero el techo es bajo; el mercado, muy pequeño para una marca de nicho, no hay tantas posibilidades de expansión si conservamos nuestra visión estética. Por eso privilegiamos la expansión hacia otros mercados.”
-Estás en la grilla del París Fashion Week: ¿qué significa desfilar en la misma pasarela que Chanel y Dior?
-Es, obviamente, un honor. ¡Parece un chiste, pero ahí estamos! Entramos por concurso, seleccionados por un comité de expertos súper exigente y trabajamos muy duro para llegar a ser la primera marca argentina que está representada en ese calendario. Es una plataforma de difusión espectacular que nos acerca a mercados remotos como Asia Pacífico.
-¿Creés que París sigue teniendo tanto peso como antes? Se han abierto tantos mercados, hay tantas fashion weeks...
-París es la más antigua, la más prestigiosa. Es la última del circuito, por una cuestión lógica, los buyers (compradores) confirman sus órdenes al final y a los últimos que vieron son a los que presentaron en París. Eso hace que además sea eficiente comercialmente. Detrás hay grandes profesionales, están el Ministerio de Cultura y asociaciones como el DEFI, que financia el desarrollo comercial y de posicionamiento de las marcas. Además, el ingreso es transparente y por concurso, no pagando...
-Es bueno que también te presentes en la Argentina. Todos sueñan con el for export, pero vos venís de allá para acá, el camino al revés.
La Argentina es mi país, es parte de la identidad de mi marca y creo que hay que retribuir y que no sea sólo una construcción marketinera.
-¿Cómo vivís estos desfiles online transformados en fashion filmes por la pandemia que anuló lo presencial?
-Es un proceso multidisciplinario con muchos otros artistas: desde directores de arte hasta el director de cine. Las marcas hoy son plataformas, creadoras de contenido, no sólo de indumentos. Creo que es una oportunidad histórica, única, de tomar ventaja con respecto a grandes marcas establecidas. Se democratiza la comunicación de marca ya que se elimina el factor vip y guest lists, tanto para el consumidor como para las marcas. Permite acceso en simultáneo a todo el mundo y, al lado de los más talentosos diseñadores del planeta, exponer tu trabajo. Eso es muy interesante. En el Cielo.
El paraíso de Daels
Para esta nueva edición del París Fashion Week, Daels realizó un video llamado Paraíso, donde busca reforzar el concepto del surrealismo criollo. Hay una escena de canto entre Virginia Correa Dupuy y Vida Spinetta interpretando un tema folclórico, En qué nos parecemos. El corto cuenta también con la presencia de Fabián Serna (campeón de malambo en Laborde 2020), y fue filmado y producido en el pueblo turístico de Pardo, obteniendo el apoyo e interés cultural del municipio del Partido de Las Flores (Buenos Aires).
Cuenta el diseñador: “El cortometraje está caracterizado por una deuda al realismo mágico latinoamericano y a un enrarecimiento estético basado en un eclecticismo que es muy propio de la Argentina. Cuenta una fábula rural en la cual dos equipos femeninos se disputan la victoria de un partido de bochas dentro de una capilla”.
-Te gusta instalar lo criollo, sobre todo el gaucho, en tus mensajes de moda internacionales.
-Queremos destacar y enriquecer las tradiciones argentinas, materiales y atuendos típicos de la cultura gaucha y pampeana, pero con un espíritu satírico, no solemne o costumbrista, muy urbano y juvenil que viene nada menos que de la Academia de Amberes. Creemos que la Argentina es mucho más que la caricatura de un gaucho y un caballo, tenemos múltiples capas de influencias, asombrosas e híbridas, que van muy atrás, desde culturas ancestrales hasta influencias inmigrantes italianas y españolas que hacen que nuestra cultura sea rica y ecléctica.
-En el logo de tu marca hay un caballo criollo.
-Es un caballo pixelado. Nos dimos cuenta de que la chakana (cruz de los Andes que fue heredada por los gauchos en sus motivos ornamentales de tejido y textiles) realmente se parece al pixel. La rigidez “sastrera” (de sastrería) proviene de la escuela belga, creemos que la mujer no necesita usar vestidos de flores para ser femenina o sensual. En realidad, sentimos que mucha de nuestra ropa no tiene género y que los hombres también podrían usarla.
-Tus colecciones tienen nombres originales: Pizza con champagne, Minimalismo + Kitsch, Amor verdadero. ¿Cómo llevás estos conceptos abstractos a una colección?
-Por lo general, construimos un concepto con un brainstorming de imágenes. Diferentes elementos pueden ser deconstruidos a detalles en piezas. El nombre viene al final, cuando la colección está terminada. Pero nunca nos salimos de la temática de la marca: lo gauchesco, lo criollo, lo argentino.
-¿Y cómo pensás tus colecciones, ya a nivel de la tela y la realización?
-Cada colección es una continuación que hace a la identidad de marca. Además, para cada temporada agrego un tema como disparador. La pasada fue la bandera, después la banda de abanderado y en ésta, las escarapelas o las cucardas.
-¿Trabajás con texturas que ya considerás fetiches propios o temporada tras temporada lo vas decidiendo?
-Tengo texturas que repito porque son materiales que me gustan mucho. Ahora estoy incorporando materiales más naturales y alejándome de los plásticos.
-¿Incorporás conceptos como “genderless”(sin género) en tus colecciones o te gusta tener los estilos femeninos y masculinos bien divididos?
-Tenemos una gran parte de la colección que es unisex. Ojalá pronto sea el 100%.
-Volviendo al mercado internacional. ¿Acepta lo latino, dejó de ser algo extravagante para ser algo posible de posicionar?
-Se esperan determinados códigos. Si no están, cuesta la inserción de la marca en el consumidor. Algunos, supongo, estarán basados en algunos patrones de conducta. Cierta “sensualidad” que proviene de los climas tropicales o cálidos, de mostrar más piel. Cierta femineidad que vendrá de que lamentablemente nuestras culturas latinoamericanas siguen muy atravesadas por miradas machistas y la mujer crece bajo esa educación patriarcal.
-¿Cómo te plantás ante esos clichés?
-Decidimos hacernos cargo de esos clichés y desarmarlos, pasarlos por el filtro de la deconstrucción que aprendí en Amberes. ¿Así que quieren ver gauchos y caballos? Bueno, haremos boleadoras, pero serán carteras. ¿Quieren ver colores, print y piel? Ok, lo haremos, pero no de la manera que se espera, sino con humor y discernimiento. Apropiándose de ellos. La ropa que diseño es para mujeres fuertes, que son sensuales y sexuales pero poseen esa sexualidad como sujetos deseantes y no objetos de deseo. Se va a ver piel, pero no en un escote, si no en una apertura en la espalda, o en un corte en un saco.
Cuarentena y después
Aún hoy, en plena pandemia, entre fronteras cerradas y protocolos varios, Daels sigue viajando, yendo de una casa parisina a otra porteña y viceversa. “Soy europeo y argentino, puedo viajar”, explica. “Evidentemente es complejo y ciertos temas de producción nos están frenando porque en Argentina hay materiales y avíos que no conseguimos. Además, nos quedó varada producción en Europa. Pero hay que reinventarse.”
-¿Cómo fue tu 2020 y cómo está siendo tu 2021?
-Los primeros meses fueron inciertos y pusieron una pausa a un crecimiento súper interesante en París. Teníamos órdenes mayoristas de las mejores tiendas del mundo que se dieron de baja por esta situación. Pero por el lado positivo, nos enseñó la importancia de la resiliencia, la flexibilidad de reflejos. Abrimos nuestro e-commerce que fue un éxito, lo cual nos permitió crecer y popularizar la marca en la Argentina, que era una cuenta pendiente hace años. Además, hay una expansión hacia Asia que es muy promisoria. Estamos en pleno avance de un proyecto de distribución en China.
-¿Va a cambiar la pandemia la manera de relacionarnos con la moda?
-Creo que nos va a acercar a todos de manera digital. Nos va a ayudar a perder el miedo al click de compras.
-¿Fabricás la ropa que vendés en la Argentina acá y la que vendés en el extranjero, allá?
-Sí, en líneas generales. Pero mucho de lo argentino también viene de Europa, sobre todo la materia prima y los textiles que usamos, que son en un 70% italianos o franceses.
-¿Qué quiere hoy una clienta global?
-Mi clienta es una clienta muy particular, que busca piezas icónicas, de alta calidad, para diferenciarse y poder legar estas piezas a futuras generaciones sin descartarlas.
-¿Y qué quiere una clienta argentina en particular?
-Mi clienta argentina es la misma que la global. La clientela argentina masiva no es interpelada necesariamente por mis diseños salvo activaciones específicas con influencers y celebrities, que desencadenan compras puntuales, pero no están fidelizadas.
-¿Creés que la venta virtual llegó para quedarse?
-Definitivamente.
-¿Pero imaginás un futuro sin tiendas, sin pruebas?
-No, entiendo que será omnichannel (muchos canales de venta). Salvo tal vez para el fast fashion.
-¿En París tenés un showroom?
-Sí. Desde París se vende al resto del mundo. No vendo en París para el mercado interno francés, sino para todas las tiendas del mundo.
-Las redes sociales son la gran revolución, ¿creés que le trajeron a la moda más ventajas que desventajas?
-Diría que sí. Permitió, sobre todo a los emergentes, apropiarse de herramientas de comunicación que antes eran muy elitistas si recién empezabas.
Las clientas famosas
La reina de Holanda, la argentina Máxima, llevó sus diseños, al igual que la jequesa de Qatar, Mozah Bint Nasser, una de las mujeres mejor vestidas del mundo. Como vemos, la Realeza consume y exhibe modelos exclusivos de Daels. Ni hablar de celebrities como Rihanna y Charlize Theron, quienes también llevaron ropa suya: “Lo de Rihanna fue para un tour, donde usaba mucho catsuit. Y lo de Charlize Theron fue para una editorial. Pero no las conocí personalmente; vinieron sus vestuaristas a buscar la ropa”.
-¿Cómo definirías a las mujeres que vestís?
-Mujeres empoderadas. ¡Y visto a hombres deconstruidos también!
-¿Soñás con que alguna mujer en especial lleve un diseño tuyo?
-Dos. Una actriz: Tilda Swinton. Una cantante: Grace Jones.
-Las colecciones cápsulas, pequeñas y exclusivas, están de moda: ¿armarías una con H&M o alguna gran tienda popular similar?
-Debería pensarlo, ya que siento que es apoyar sistemas de producción y empresariales muy complejos y poco éticos desde lo humano y lo ecológico. Temo que atenten contra la ética de mi marca. Obviamente, deben ser negocios impresionantes que me permitirían sostener mi emprendimiento, pero hay en juego cosas delicadas.
-¿Sentís que tu moda es para una elite que valora el diseño y te gusta quedarte ahí o preferís la popularidad?
-Me parece que es importante encontrar un equilibrio que permita sostener la creatividad y el motor de la marca. Hoy tengo una marca de nicho, pero se puede generar un crecimiento comercial que siga siendo ético. Ese es el objetivo.
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