La sastrería circular 'made in Asturias' busca premio
Para Paula Currás (Gijón, 1989), la moda no deja de ser otra rama de la creatividad que la acompaña desde niña. Estudió Bellas Artes y Arquitectura y se dedica al diseño en sus distintos ámbitos, «pero con la moda tenía una espina clavada por no haber estudiado con el 'feeling' que tenía y lo que me gusta», recuerda. Se la sacó en 2017 cuando presentó la marca Corsicana, después de asumirlo como un proyecto paralelo y sostenible y tras mucha prueba-error. El próximo domingo aspira a ganar el Allianz EGO Confidence in Fashion, un certamen concebido para impulsar el desarrollo creativo y empresarial de los jóvenes diseñadores del Showroom Allianz EGO, en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
«Lo más importante es que no solo atiende a la parte creativa del desfile, sino que indaga en la visión general y en su posibilidad comercial», resume Currás acerca de un premio que valora la sostenibilidad de marca con una dotación económica de 6.000 euros para crear una colección con la que desfilar en la próxima edición de la pasarela Allianz EGO y asesoramiento profesional durante seis meses. «Conseguir sostenibilidad económica es el gran reto de los jóvenes diseñadores, sobre todo de los que tenemos una visión muy creativa, porque no nos han enseñado a generar negocio, a exprimir nuestro punto artístico para poder vivir de ello. Me refiero a gestión de empresa y canales de venta, por ejemplo», explica Currás, que es la directora creativa de Corsicana. Su socia, Ana Hernanz, atiende a lo comercial.
Su marca de moda de prendas muy femeninas fusiona diferentes disciplinas e intereses: moda, diseño, espacios, cine, música, coleccionismo y perdurabilidad. En Corsicana «producimos cuando el cliente compra para evitar generar 'sobrestock' y exprimimos todas las posibilidades de cada pieza». De hecho, llevan un año trabajando en 'Previo y permanece', donde proponen otra forma de participar en la moda de mañana. «Hacemos lo que llamamos una sastrería circular, que defiende la reutilización de unas mismas piezas para así alargar su vida», explica la gijonesa. Al trabajar bajo demanda, cuenta, pueden permitirse el lujo de personalizar las prendas antes de ser producidas. «No queremos convertirnos en un atelier, sino que cada clienta pueda personalizar su compra en cuanto a escoger tejido, color o mangas».
