De niña Arena Martínez (Madrid, 1993) no jugaba con muñecas, sino con pinceles. Su parque no estaba en la calle, sino en el estudio de su padre, el pintor Papartus, la firma de Paco Celorrio desde que era un niño. Y ella en lugar de por toboganes acostumbraba a deslizarse entre trazos y botes de pintura, empapándose de arte y de color en cada paso que daba.
Por eso siempre supo que su vida, personal y profesional, nunca podría estar en un mundo que no fuera ese, aunque había que concretar cómo. "Con 18 años no tenía muy claro qué estudiar: Bellas Artes, Moda... Así que decidí hacer Negocios Internacionales para luego especializarme en lo que quisiera", recuerda. Una carrera que en principio parecía alejada de sus intereses, pero que confiesa que fue decisiva, "porque por muy creativo que seas, si no controlas la parte de negocio estás planificando fallar, es inviable".
De ahí, y de compaginar sus estudios con trabajos en casas de subastas y galerías que la acercaron aún más al arte contemporáneo, a realizar un master de diseño de moda en Central Saint Martins. Porque aunque no tuviera muy claro al principio que quisiera tener una marca, sí sabía cuál era su objetivo: unir sus dos pasiones: arte y moda.
Y todo surgió, como no podía ser de otra forma, en el estudio de su padre. "Pase 12 años estudiando fuera y durante ese tiempo él dejó de exponer, pero nunca de pintar. Cuando yo regresaba a España y entraba en su estudio siempre le preguntaba: '¿Por qué no quieres que la gente vea tus cuadros?'. Su trabajo me parecía maravilloso, y como él no cedía, empecé a pensar qué podía hacer yo para que su obra se viera. Esa fue la idea inicial, sacar el arte a la calle, el primer clic que hizo surgir toda esta historia. Quería bajar los cuadros de las paredes y sacarlos a la calle para dar visibilidad a los artistas", asegura.
Después supo cuál era la forma de conseguirlo: llevarlos a la moda, su otra gran pasión. Su primera colección la hizo en colaboración con su padre, "simplemente para testar el mercado, ver si mi idea gustaba y cómo funcionaba", explica. Era una línea de kimonos, una prenda que ahora la identifica. "Cuando empecé era la chica de los kimonos", recuerda. "Es mi prenda icónica, algo que seguiré haciendo siempre porque fue el principio de todo. Mucha gente me pregunta por qué el kimono y cuál es mi relación con Japón. Ninguna. Mi kimono no viene de Japón, sino de la abaya que visten las mujeres en los países árabes. Necesitaba una prenda que me permitiera plasmar el arte y la abaya era perfecta. Simplemente le hice un corte y la llamé kimono". En aquellos momentos vivía en Dubai, trabajando para la Feria de Arte, "y nunca me hubiera imaginado todo esto". Su estudio y showroom es un precioso piso en la calle Libertad donde su perrita Toba se mueve entre piezas de arte y prendas exclusivas.
Lo improbable es posible
Su marca empezó a finales de 2017 y poco después, cuando debía comenzar la internacionalización, la pandemia se llevó por delante todos sus planes. "No era el momento de salir fuera, y no lo ha sido desde entonces", reconoce, "la gente sigue teniendo miedo y las multimarcas han sufrido un montón. Lo mío es un producto diferente, exclusivo, y es complicado para todas las marcas jóvenes".
Entonces el arte saltó de la ropa a la cerámica convertido en una serie de piezas únicas que también lo han sido porque rompieron la idea que define su marca: esta vez el arte no salía, sino que entraba en casa para quedarse: "En plena pandemia era algo que se podía consumir y todos queríamos tener las casas bonitas", explica.
Ropa, cerámica, pendientes, abanicos e incluso un coche... el universo de Arena Martínez lleva el arte a todo lo que la rodea y este siempre es su fuente de inspiración. "Primero son los cuadros, después llega todo lo demás. En las prendas para mí lo más importante es el estampado. De cada obra hago 20 y voy descartando todos hasta que queda el definitivo. Luego trabajo la forma y los patrones para que se vea. Cada estampado tiene su prenda", dice Arena. Ella define el proceso como "un flechazo. Veo a un artista, su obra, y sé inmediatamente si encaja en mis prendas, es una intuición".
¿Y tiene algún artista favorito?, le preguntamos. "Tengo tantos..., no podría decantarme por uno solo. Así de pronto se me ocurren diez...", asegura, aunque menciona a Gunther Forg, Peter Halley, Adriana Varejao... y, por supuesto, su padre. "Me ha influido mucho. Su estudio es un lugar en el que me siento muy inspirada. Tenemos una relación muy cercana y me da muchos consejos". ¿Por ejemplo? "Siempre me ha dicho que lo improbable es posible, que el no ya lo tienes. Me ha enseñado a ver las cosas en grande, a tener mentalidad de 'a por todas' y que no me dé miedo nada".
Hablar de diseñadores le resulta más fácil. Entre sus referentes, Alexander MacQueen -"Siempre me ha encantado, dice- y Jacquemus, "por su manera de trabajar y diferenciarse". La de Arena es una moda que define como lenta, costosa y sostenible; confeccionar una de sus prendas requiere seis meses. Es un trabajo artesano, de proximidad. "Siempre he hecho todo muy cerca, mis prendas no son made in Spain, son made in Madrid", bromea. "Son piezas únicas y tengo que tenerlo todo muy controlado. A mí estar en Valencia, por ejemplo, me supondría ya un lío".
Arte 'figital'
Y entre sus nuevos proyectos, un paso más para adentrarse en el mundo del arte: Arena Martínez Projects. "Es una galería de arte que yo llamo 'figital'. Solo tiene espacio físico en ferias de arte, durante el resto del año es on line. Todo empezó porque muchas clientas me preguntaban si el cuadro de la prenda se podía comprar. Y como tengo relación con muchos artistas, empecé a vender arte. Era un proyecto que surgió un poco nómada, simplemente hacía ferias, pero ahora es algo bastante más sólido". Aparte de dar visibilidad a los artistas, también les hace la parte comercial de vender su obra, aunque no siempre son los mismos que estampa en sus prendas. "En Project llevo una línea de artistas que quiero que su carrera vaya creciendo conmigo, a algunos me encanta representarlos y apoyarlos, pero no cuadran en una prenda".
- ¿Alguna vez te has planteado pintar tus propios cuadros?
- Yo llevo pintando toda la vida, desde pequeña, con mi padre. Es algo que siempre se me ha dado bastante bien.
- ¿Y exponerlos?
- Exponer no, sería meterme en un terreno que no es el mío. El artista es mi padre y yo le voy a exponer a él. Muchas veces pintamos juntos, pero siempre firma él, aunque diga que está hecho con Arena.
- Hay quien dice que Instagram ofrece ya un escaparate mejor que una galería de arte, que te permite llegar a más potenciales clientes...
- Hay diferentes maneras de vender, pero la carrera de un artista no es solo vender, son muchas cosas más. A un artista no le interesa nada tener muchos seguidores en Instagram y vender mucho. Sí, te da dinero a corto plazo, pero a largo lo que necesitas es estar en ferias de arte, en instituciones públicas..., y sin galerías no se consigue. Y eso es lo que a un artista le genera un currículo y lo que hace que pueda alcanzar unos precios respaldados.
- ¿Cómo definirías tus prendas?
- Como piezas de colección. Son obras de arte para vestir que tendrás para siempre en tu vida y en tu armario.
- ¿Y el estilo de tu marca?
- Como atrevido y, sin duda, diferente. Mi ropa es para una persona supersegura de sí misma, que le gusta la cultura y destacar por lo que viste. Que sabe que lo que lleva tiene una historia detrás y a quien le gusta invertir tanto en cultura como en sostenibilidad y en las cosas bien hechas en España.
- ¿Es también tu propio estilo? ¿Qué hay en tu armario?
- El mío es muy diferente. Muchas veces visto cosas de la marca, pero no siempre. Me gusta muchísimo el negro, de siempre. Mi armario tiene un montón de cosas negras, aunque también encuentras todos los colores del mundo.
- A priori, no parece fácil introducir una obra de arte en un look para el día a día. ¿Cuáles son los tips de estilo para combinar bien tus piezas?
- Aunque parezcan prendas que no te vas a poner mucho y poco versátiles, en realidad sí lo son y puedes llevarlas en cualquier ocasión. Funcionan muy bien tanto con deportivas como con un tacón. Puedes ponerte una chaqueta con un vaquero y unas deportivas y te da un look casual muy sofisticado. Pero también puedes llevarla a un evento: con un vestido negro, tacón y cinturón tiene mucho rollo. Como norma, todo lo que sea estampado funciona muy bien con liso.
- ¿Quién te gustaría que las llevara? ¿Alguna persona famosa?
- No soy muy de famosos, nunca me ha interesado ese tema. Me encantaría alguien como Emma Watson, ella sí me haría ilusión, porque crecí desde pequeña muy metida en el mundo de Harry Potter. Y sobre todo porque me gusta mucho cómo ha desarrollado su carrera. Creo que es una mujer muy fuerte, muy independiente y con unos valores que admiro mucho.
- ¿Y tus planes de futuro? ¿Cómo te ves en los próximos 10 años?
- Llevando los dos proyectos de manera más distanciada. Me veo como galerista de arte, metida en el mundo del arte y llevando mi marca de una manera mucho más internacional. Y siendo la firma referente en mezclar arte y moda.
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