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Quizás fue la visión de la Gran Manzana más glamurosa, las infinitas fiestas nocturnas, el debate abierto en torno al sexo o las risas y brindis a base de Cosmopolitans. No sabemos identificar una única cosa que convirtiese a la mítica serie Sexo en Nueva York, que comenzó a emitirse allá por 1998, en un símbolo.
Aunque el paso del tiempo nos quita la venda en algunos aspectos, como igual ocurre con series históricas de la televisión como Friends (donde chocan ciertas bromas gordofóbicas o homófobas), lo cierto es que esta serie que nos presentó a la columnista de sexo Carrie Bradshaw, y sus tres amigas Samantha, Charlotte y Miranda cambió la vida y la perspectiva de miles de mujeres en el mundo.
Eran cuatro mujeres blancas, de clase alta y cuya obsesión eran los hombres, el sexo y las compras de lujo, pero también nos ofrecieron una mirada muy interesante del feminismo, la maternidad, la sexualidad y el placer femenino, los juguetes sexuales, el matrimonio y las diferentes formas de entender algo tan universal como el amor.
Con el regreso este jueves de la nueva secuela And just like that reunimos diez anécdotas de la serie que recogen algunos de los temas más revolucionarios y feministas alrededor de las seis temporadas y dos películas de la saga más fashion de la televisión.
Samantha y la libertad sexual
Si existe un personaje que rompe estigmas ese es el de Samantha Jones, encarnada por Kim Cattrall. Tanto en el terreno sexual, donde hablaba sin tapujos de su libertad y experimentación sin límites, hasta la ruptura total del estigma de la mujer soltera que abanderaba.
Inolvidable la frase que pronunciaba a su pareja, el actor Smith Jerros, cuando se descubrió que su vida había comenzado a girar en torno a la de él, tanto a nivel profesional como personal: "Te quiero, pero me quiero a mí más".
Samantha Jones.
Otras frases célebres que nos deja el personaje más desvergonzado de este grupo de amigas son las siguientes: "Si me quedo insatisfecha una vez es culpa suya, si me quedo insatisfecha dos veces es culpa mía", "No voy a dejar que la sociedad me juzgue. Me vestiré como me dé la gana y se la chuparé a quien yo quiera mientras pueda seguir arrodillándome y respirar" o "No entiendo por qué las mujeres están tan obsesionadas con casarse. Nosotras somos solteras y fantásticas". Siempre polémica y siempre defendiendo su derecho a acostarse con quien ella quisiera, cuándo, dónde y cómo deseara.
Juguetes sexuales
"Dentro de 50 años los hombres estarán obsoletos. Ya ni se puede hablar con ellos. Tampoco los necesitas para tener hijos, y mucho menos para el placer sexual. Como he tenido el gusto de comprobar" dice Miranda Hobbes, interpretada por Cynthia Nixon mientras desayuna con sus amigas. "Parece que alguien se ha comprado su primer vibrador...", añade Samantha. "El primero no, el definitivo", le contesta.
Este es el inicio de una trama en torno al uso de vibradores en el que se sumergirá Charlotte York (Kristin Davis) hasta hacerse incluso adicta a él. El famoso "conejito" que hoy en día está tan normalizado, en aquel entonces era algo bastante novedoso y rupturista. Y hablar de ello de una forma tan directa y en la primera temporada, todavía más. "Yo sé cuándo tendré mi próximo orgasmo, ¿alguna de las presentes puede decir lo mismo?", remata Miranda.
Los vibradores aparecen en varios episodios, a veces de forma anecdotica y otras como instrumento para abrir un debate o crear momentos cómicos sobre la incomprensión e ignorancia de los hombres en cuanto al extendido uso de los juguetes sexuales entre las mujeres. El placer femenino por lo tanto está en el centro.
Las protagonistas de 'Sexo en Nueva York'. HBO
Maternidad
También Charlotte y Miranda se apuntaban al club "malas madres" en la segunda película de la saga, donde hablaban entre copas de todo aquello que no se atreven a decir en voz alta y que les horroriza de tener hijos. El sentimiento de culpabilidad de no echarles de menos en un viaje de amigas o que el mayor miedo de que su marido sea infiel con la niñera es que "perdería a la niñera".
Ambos personajes representan dos tipos de maternidad muy diferentes, aportando algo de diversidad y abriendo el discurso en torno a las diferentes maternidades y los tipos de familia. "A veces, por mucho que ame a Brady, ser una madre no es suficiente. Extraño mi trabajo", dice Miranda que, a lo largo de las temporadas, ha reflejado la complicada conciliación y los retos a los que se enfrenta una mujer que quiere triunfar en su puesto de trabajo a la vez que cuida sola a un bebé.
Feminismo
Si tenemos que hablar de feminismo en la serie, el paso del tiempo y la reciente nueva ola está convirtiendo al personaje de Miranda Hobbes en el favorito de la serie. Desde la primera temporada ha dejado caer en varias ocasiones la importancia de la independencia de la mujer, de su empoderamiento, y de la necesidad de quererse a una misma por encima de todo.
Son muchos los episodios en los que se queja de que todas las conversaciones de sus reuniones de amigas giran en torno a los hombres, y critica de forma directa cualquier actitud machista que vea en las relaciones de sus amigas o en ellas mismas.
Uno de los aspectos más reprochables es precisamente el que no se hable directamente del feminismo en ningún momento, y que las protagonistas no se posicionen. De nuevo, se echa en falta un feminismo interseccional, que se dé voz y se narre las historias de mujeres racializadas, de clases sociales más bajas, con problemas de a pie, con conflictos por su orientación sexual..., etc.
Fotograma de 'Sexo en Nueva York'. Filmaffinity
Soltería
Ser soltera en Nueva York, algo que ahora es casi un regalo como comentaba la escritora Vivian Gornik, es reflejado como una tortura en las primeras temporadas de la serie, como si la búsqueda de un marido fuera el objetivo vital de la mujer neoyorquina.
Pero lo cierto es que en muchas de las temporadas se ha mostrado la libertad de esta soltería, incluso coincidiendo todas ellas en esa situación y disfrutando de la "soledad". "Estar soltera solía significar que nadie te deseaba. Ahora significa que eres muy sexy y te tomas tu tiempo en decidir cómo quieres que sea tu vida y con quién quieres compartirla", dice Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker).
También habla en numerosas ocasiones de la soltería Samantha: "No entiendo por qué las mujeres están obsesionadas con casarse. Quiero decir que la gente sólo quiere volver a estar soltera, si estás soltera el mundo es tu smorgasbord". De hecho, es la única de las cuatro amigas que termina sin formar parte de un matrimonio.
Relaciones tóxicas
Quizás este es el terreno en el que la serie más patina, ya que se romantiza una relación tóxica como la de Mr. Big (Chris Noth) y Carrie, que (sorpresa) tiene un final feliz. Puede que esta nueva temporada haga más hincapié en lo turbio de este romance, ya que según han informado arranca con el divorcio de ambos.
Carrie y Big se casaron siguiendo la tradición de los cuentos de hadas, pese a que en la primera entrega de Sexo en Nueva York él la dejara plantada en la Biblioteca Pública de Nueva York cuando estaba a punto de caminar hacia el altar vistiendo un diseño de Vivienne Westwood. Aún así, hubo boda.
Fotograma de 'Sexo en Nueva York'.
Son varias las ocasiones en las que sus amigas le advierten de la toxicidad de su relación, aunque sirva de poco, y puede que en esta nueva oportunidad televisiva sí que se haga más presente en el guion.
Una pizca de diversidad
Otra de las estrellas de Sexo en Nueva York es el personaje de Stanford Blatch, interpretado por el recién fallecido Willie Garson. Es uno de los personajes más queridos y en cierta forma muestra los retos que encuentra un hombre en la Gran Manzana para encontrar pareja entre la comunidad LGTB+, aunque habría estado bien un poco más de realismo, una dosis de solidaridad y menos estereotipos en torno a la comunidad.
Willie Garson junto a Sarah Jessica Parker en 'Sexo en Nueva York'.
En Sexo en Nueva York encontramos transexuales y también tramas con el lesbianismo en el centro como cuando a Miranda la tienen más presente en el bufete de abogados en el que trabaja porque piensan que tiene una relación con una mujer, un capítulo que sirve para denunciar el lavado de cara que buscaban las empresas fingiendo una falsa implicación y diversidad.
Mitos del amor romántico
Charlotte, que encarna toda la simbología de lo tradicional y las relaciones sentimentales a la vieja usanza, cree que hay una persona perfecta que te complementa, esa media naranja de la que ahora se huye en el feminismo.
Ante eso su amiga Miranda expresa: "¿Y qué pasa si no la encuentras? ¿Estás incompleto? Eso es terrible". Dos visiones de ver el amor muy diferentes, que representa la frustración femenina que ocasiona la búsqueda de esa "imposible" media naranja.
El mito que expresa la idea de que estamos predestinados el uno al otro, muy asimilado mayoritariamente por mujeres se pone sobre la mesa, y aunque se intenta denunciar la situación, sigue sin quedar totalmente claro qué idea es la ganadora.
Éxito femenino
Todas las protagonistas son exitosas en sus puestos de trabajo, aunque vemos que es dentro de ese nivel adquisitivo alto y de una clase social privilegiada. En el caso de Samantha o Miranda son líderes en sus empresas: abogacía y agencia de eventos y mánager de estrellas de cine.
Las protagonistas de 'Sexo en Nueva York'. HBO
Las chicas de Sexo en Nueva York también hablan del techo de cristal, sin nombrarlo directamente, pero que sí padecen. Se enfrentan el paternalismo que encuentran en sus puestos de trabajo y relatan en varias ocasiones el trabajo extra que deben realizar para alcanzar las metas que comparten con sus compañeros masculinos. "Quiero disfrutar de mi éxito, no disculparme por él", decía Miranda Hobbes.
Independencia
Las aventuras amorosas y sexuales de las cuatro neoyorquinas no solo nos llevan a las calles, restaurantes y discotecas de Nueva York, sino que la serie inspirada en una recopilación de artículos de Candace Bushnell publicados en el "New York Observer" nos abre las puertas a mucho más. Con 7 premios Emmy y 8 Globos de Oro expandió por el mundo algunos de los temas que más afectaban a las mujeres, y aunque se echa en falta esa diversidad en los personajes y una mayor implicación feminista en el guion, puso sobre la mesa grandes discursos de empoderamiento.
Una fuerza e independencia femenina que están presentes a lo largo de las temporadas, porque como dice Carrie Bradshaw "la relación más emocionante, desafiante y significativa de todas es la que tienes contigo misma".
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