El dúo de diseñadores de Gante Muller Van Severen (formado por la pareja Fien Muller y Hannes Van Severen) cumple diez años en activo y lo celebra con una retrospectiva en el museo del diseño de su ciudad natal. La exposición, titulada 10 Years Muller Van Severen, se puede visitar hasta el 6 de marzo de 2022 y se ha establecido como un diálogo entre sus creaciones y las de sus maestros inspiradores junto a otras de la colección permanente del museo. Esta será la última exposición que tendrá lugar en el Museo del Diseño de Gante antes del inicio de las obras de la ampliación que se llevarán a cabo el año próximo. Si Amberes es la capital de la moda (cuenta con un departamento de Moda en la Real Academia de Bellas Artes y su famoso desfile final de carrera, el SHOW; de ahí provienen los celebrados “seis de Ámberes”, entre los que está Dries Van Noten, nacido ahí en 1958, tienen el MOMU, museo de la moda, una ruta de tiendas impagable...etc ), Gante es la del diseño.
Esa tradición se remonta al siglo pasado y, según los expertos, el punto de partida fue la exposición universal de 1913, un año antes de la primera guerra mundial, en la que esta capital de Flandes, tras las exposiciones de Bruselas, Amberes y Lieja, buscó afirmar su importancia comercial e industrial invitando al mundo a descubrir su potencial en decoración, Bellas artes, educación, mecánica, electricidad, carpintería. La querencia por las arts and crafts se manifiesta hoy en la cantidad de negocios dedicados al diseño de interiores y de muebles o en bares-tiendas como el Montparnase, en la plaza donde se desarrolla el también interesante y generoso en piezas de los años 30 mercado de pulgas.
Muller Van Severen comenzaron su colaboración en 2011. Ella venía de la fotografía y él de la escultura. Ambos provienen de familias de artistas. Maarten Van Severen, padre de Hannes, ya fue un reconocido diseñador de muebles y arquitecto de interiores, hijo a su vez del pintor abstracto Dan Van Severen. Por su parte, el padre de Fien, Koen Muller, era escultor. En estos diez años, a partir de un estilo visual basado en la yuxtaposición de color y material, han desarrollado un verdadero lenguaje del diseño, que les ha llevado a situarse entre las figuras más destacadas del panorama contemporáneo.
Empezamos la visita un día antes de la inauguración. Los propios artistas ayudan a desembalar algunas piezas y, cuando pueden, nos acompañan por la exhibición junto a Bie Luyssaert, directora de comunicación del Museo. Resulta especialmente emocionante el recorrido artístico a través de los diez personajes clave que les ayudaron a definir su estilo, de ahí que en las instalaciones de la planta baja sus piezas (sillas, estanterías, armarios) compartan protagonismo con creaciones de Alvar Aalto, Jean Prouvé, Harry Bertoia, Maarten Van Severen, Ron Arad, Marcel Breuer e incluso Henry van de Velde. El resultado es una mirada nueva a las obras de Muller Van Severen y de la colección. Las piezas han sido seleccionadas por el dúo para afirmar ese “espíritu afín” y dejar claro que se reconocen en ellas, por lo que las conexiones entre los diseños modernos y su actitud creativa son evidentes en todo momento.
Para la pareja, la distinción entre arte y diseño es algo difusa. Su punto de vista cambia en cada proyecto, pero es indudable que estos creadores puros se han propuesto enriquecer la vida con objetos notables que siempre parecen insinuar posibilidades nuevas y atrevidas. Así vemos, por ejemplo, desde su conocida y fundacional mesa + lámpara, que presentaron en la Valerie Traan Gallery de Amberes, una obra que consta de una placa de polietileno (uno de sus materiales preferidos), perfiles de acero y un tubo metálico incorporado en una de las patas de la mesa, en la que el arco de la lámpara contrasta con las formas rectangulares de la mesa minimalista; hasta el estupendo sofa Cavrois, su primer sofá, concebido exclusivamente para la exposición que se llevó a cabo el pasado año en la Villa Cavrois, obra del arquitecto Mallet-Stevens, donde presentaron una selección de sus piezas además de esta inspirada en el estilo y los juegos volumétricos del genial y determinante arquitecto del movimiento moderno. El sofá Cavrois invita a las personas a sentarse cerca unas de otras, sin invadir el espacio personal de los demás. Está envuelto en una tela de lino verde cálido, que enfatiza su forma inusual.
La pareja de diseñadores, profundamente flemish (flamenca), vive en un entorno idílico en las afueras de Gante. Desde allí crean sus “collages atemporales” que mezclan estéticas distintas, diseños que se sitúan en algún lugar entre lo contemporáneo y lo moderno. Dice Hannes que les gusta “crear muebles que conecten con la arquitectura y que vivan siempre en el presente”.
Mientras recorremos los históricos salones del Hotel De Coninck, palacete del siglo XVIII que alberga el museo, Bie Luyssaert comenta que “es una suerte poder mostrar momentos tan importantes de su trayectoria, y además compartirlos con una selección de piezas de los años treinta que normalmente no se pueden ver”. Descubrimos también los inicios del dúo por separado: las esculturas de Hannes y la obra fotográfica de Fien, así como el nuevo libro Muller Van Severen: Dialogue, editado por Walther Koenig, el elemento que faltaba para desvelar todos los secretos de la marca Muller Van Severen.
Su trabajo, en la intersección del arte y el diseño, está lejos de ser rutinario. Su objetivo es la creación de objetos de decoración realizados escultóricamente, y que involucren al espacio en el que se hallarán. Cada obra es resultado de una investigación minuciosa y fruto de la confianza en el arte, la arquitectura y los materiales. Una de sus señas de identidad es el uso de materiales industriales simples combinados con una sensibilidad cromática propia, una paleta de colores muy particular que hace que sus diseños sean reconocibles.
Además, Muller Van Severen han añadido una aproximación única al color, la forma y el material en objetos domésticos como cubiertos, saleros, pimenteros, alfombras, espejos, tablas de cortar o estantes. Y más allá de eso, el dúo también es conocido por haber diseñado con gran acierto un conjunto de cocinas para Reform (la Ikea danesa), ganadora del premio a Mejor Diseño Doméstico en los Wallpaper Design Awards 2020 y considerada un hackeo de la cocina de Ikea.
MATCH, la cocina creada para Reform, aúna elementos poco ortodoxos como el material característico del dúo, el duradero polietileno, combinado aquí con mangos de latón y una profusa encimera de mármol. Al verla es imposible no echar la vista atrás y pensar en la famosa cocina de Fráncfort, de gran relevancia en el movimiento moderno, la primera cocina modular, que permitía ahorrar espacio y tiempo y que representó una enorme innovación en la arquitectura domestica, siendo precursora de las cocinas a medida modernas. Fue proyectada en 1926 por la arquitecta austriaca Margarete Schütte-Lihotsky para un complejo de viviendas sociales de Erns May. “Siempre hemos sentido predilección por el polietileno, con sus colores poderosos, pero en realidad su verdadera naturaleza es una apariencia suave y cálida”, opinan Muller y Van Severn. “Es un material que te invita a tocar. No es un plástico muerto con una superficie fría y lisa, más bien tiene la apariencia de cera de vela o una piel”.
Otro de sus cautivadores diseños son las mesas creadas para HAY y un sofá para Kassl Editions. Así, sus creaciones originales, muebles y objetos minimalistas y coloridos, además de evidenciar su conexión con las artes visuales, lo hacen con su compromiso: “Queremos hacer algo asequible –confiesan al final de la visita, tomando un café–, que la gente lo pueda llevar a casa. Nuestra producción es cara y pequeña, y trabajando con Reform o con HAY tenemos posibilidad de dar a nuestras piezas un recorrido más largo y mejor”.