Hablamos siempre de restaurantes pero en Madrid está habiendo una revolución respecto a las cafeterías. Coquetas, de aspecto industrial, acogedoras, minimalistas… Y todas con un café espectacular, lo más importante de estos locales. Nos gusta que se le da importancia a merendar, a los cafés de media mañana y a los desayunos y a ti te va a gustar más con esta lista de las cafeterías que acaban de abrir sus puertas en la capital.
Manosanta
Es más que una cafetería, es la churrería que está más de moda en Madrid. Una churrería industrial que moderniza este concepto, tan tradicional en nuestra cabeza. Los churros con chocolate nunca han pasado de moda, pero no nos los imaginábamos en una cafetería de diseño. Un nuevo local en el Barrio de Salamanca, que no dejamos de ver en Instagram, en el que casi hay que reservar.
Bucólico Café
Las cafeterías siempre han tenido un ambiente bohemio, ¿verdad? Pues hay sitios que también tienen la apariencia. Es el caso de Bucólico Café, que te recibe con specialty café y repostería deliciosa para que pases toda la tarde leyendo. Mantequilla fermenta, pan de masa madre, brunch especiales… En un ambiente de muebles vintage y paredes desgastadas. En la calle Barbieri.
Golda
Los dueños de Fayer han abierto un par de direcciones entre las Salesas y Almagro, dos de los barrios de moda de Madrid. Y entre esas direcciones hay una cafetería: Golda. Una cafetería de espíritu mediterráneo con el sabor hacer de su hermano mayor -el restaurante israelí que más triunfa en la capital- en la que poder tomarse un café a cualquier hora del día. Su repostería es magnífica. En su decoración: azulejos en amarillo, decoración minimalista… Una cafetería que, podríamos decir, nos traslada a Berlín.
Pan y Pepinillos Café
En la calle Escorial, en pleno Malasaña, tenemos esta cafetería craft. Detrás de este nuevo rincón está Javier Sánchez Medina -ha trabajado para marcas como Loewe-, que tiene un taller muy cerca. Por eso, las obras de ratán que encontramos aquí nos llaman la atención, porque tienen su sello. La chaquetilla de torero es, sin duda, su pieza más fotografiada. Repostería, buenos cafés y un encanto industrial pero acogedor que hace que se haya convertido en uno de los place to be de este barrio madrileño. Antes era una antigua tienda de ultramarinos… Y eso se nota.