Coco Chanel, Cristóbal Balenciaga, Miuccia Prada, Christian Dior o Jean Paul Gaultier son algunos de los diseñadores que han conquistado al público con sus creaciones, pero también con su filosofía de vida, consejos sobre estilo o visión de la industria a través de la palabra.
Ideas que han quedado plasmadas en frases como “La moda no es algo que solo exista en los vestidos. La moda está en el cielo, en las calles. La moda tiene que ver con las ideas, con la forma en que vivimos, con lo que está sucediendo”, decía Coco Chanel, quien aconsejaba a sus clientas con estas palabras: “mantén la cabeza, los tacones y los principios altos”.
Desde hace tiempo, la moda se ha entendido como algo más que una forma de vestir, es una manera de expresarse, de presentarse a los demás. “¿Qué es la moda? Es disciplina. Disciplina, y un credo para hacer solo lo mejor, hasta el mínimo detalle”, aseguraba Manolo Blahnik.
Cada diseñador ha entendido su oficio de una manera especial. “Un buen modisto debe ser arquitecto para el diseño, escultor para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”, así lo definía Cristóbal Balenciaga.
“Yo hago ropa, las mujeres hacen moda”, contaba Azzedine Alaïa. “Diseñar ropa no es una profesión, sino un arte”, decía Elsa Schiaparelli mientras que el americano Ralph Lauren aseguraba: “yo no diseño ropa, diseño sueños”.
“El vestido debe seguir el cuerpo de una mujer. No es el cuerpo el que debe adaptarse al vestido”, advertía Hubert de Givenchy. El español Manuel Pertegaz iba más allá: “Cuando ve trajes bonitos, Dios sonríe complacido”.
“No hay mejor diseñador que la naturaleza”, sentenciaba Alexander McQueen, quien consideraba que “la moda no debe ser políticamente correcta, de lo contrario, nunca sería revolucionaria”.
Karl Lagerfeld señalaba: “La moda no tiene que ser seria. Es la prueba de que la frivolidad inteligente puede ser algo creativo y positivo”.
Para Marc Jacobs “la ropa no significa nada hasta que alguien vive en ella” y Yves Saint Laurent decía “con los años he aprendido que lo más importante de un vestido es la mujer que lo lleva puesto”.
Una cosa es la moda y otra el estilo. “No se trata de la ropa sino de quien la lleva puesta. ¿Quién recuerda qué bolsa solía usar Sofía Loren? ¡Pero todos se acuerdan de su escote!”, explicaban los diseñadores italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana.
“No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase”, aclaraba Coco Chanel sobre lo que para ella era el estilo.
“Lo que llevas es la manera de presentarte al mundo, sobre todo en la actualidad, cuando los contactos humanos son tan efímeros. La moda es un lenguaje instantáneo”, así definía Miuccia Prada el estilo.
Para John Galliano es “llevar un vestido de noche a un mcdonald’s y llevar tacones al fútbol. Es personalidad, confianza y seducción”; para Ralph Lauren, es algo “muy personal, no tiene nada que ver con la moda. La moda pasa rápido, el estilo es para siempre” y para Giorgio Armani “la elegancia no es darse a notar, sino ser recordado”.
Los diseñadores se han esforzado en vestir a las mujeres para que brillen aún más. “Empoderar a las mujeres es algo que hago a través de la ropa, un medio muy eficaz para lograrlo”, contaba Donatella Versace.
“La mujer sólo tiene un defecto: no reconoce lo valiosa que es”, aseguraba Carolina Herrera, que no hace mucho levantó un revuelo en las redes sociales cuando pronunció “sólo las mujeres sin clase llevan el pelo largo después de los cuarenta”.
“Cuando una mujer se convierte en su mejor amiga, la vida es más fácil”, decía Diane Von Fürstenberg para quien en cuestión de estilo “la actitud lo es todo”.
Para muchos de los costureros la belleza no es sinónimo de estilo. “Hay muchos tipos de belleza, y puedes encontrarla donde menos te lo esperas”, aseguraba Jean Paul Gaultier.
“Lo feo es atractivo. Lo feo es emocionante. La investigación de la fealdad es, para mí, más interesante que la idea burguesa de la belleza”, contaba Miuccia Prada.
“El entusiasmo por la vida es el secreto de toda belleza. No existe belleza sin entusiasmo”, solía decir Christian Dior.
A la hora de diseñar, la comodidad ha sido el pilar más importante para los creadores. “El lujo debe ser cómodo; de lo contrario, no es lujo”, sentenciaba “mademoiselle” Chanel, una idea que compartía Gianni Versace, quien consideraba que “la comodidad es muy importante para mí. Creo que la gente vive mejor en casas grandes y con ropa grande”.