El salario mínimo por encima de un millón de pesos es la meta que se trazó el presidente Iván Duque desde su campaña y que quiere alcanzar este año, razón por la cual la semana pasada tuvo una reunión en la Casa de Nariño con empresarios paisas en la que les confirmó su deseo de dejar como legado el aumento salarial más grande de la historia.
No solo se trata de una cifra redonda que catapultaría su imagen justo en periodo electoral, sino del aumento real más significativo que ha tenido Colombia, lo que no estaría exento de consecuencias para la economía, tal como se lo han manifestado desde los gremios.
El año pasado cuando el presidente trinó el aumento salarial, una lluvia de críticas se le vino encima porque dijo que por primera vez los colombianos ganarían más de un millón de pesos, estaba contando con los $106.000 correspondientes al subsidio de transporte. Entonces el mínimo quedó en $908.526.
En esta oportunidad, para obtener el millón de pesos sería necesario un incremento de 10,07%, muy superior al dato que contemplan los empresarios, que si acaso superaría levemente la inflación que está proyectada por los expertos del Banco de la República en 5,3%. Sectores como la industria y la construcción, que se reactivaron primero, ofrecen máximo 7%, ya que suman el 1,9% de productividad que fue revelado el viernes; mientras que comercio y turismo jalonan hacia abajo.
En todo caso, el porcentaje que resulte sea de la negociación, que debe concretarse antes del 15 de diciembre, o del decreto presidencial, afectará directamente a 20,2 millones de personas que devengan el mínimo en el país, según el Dane.
“Nosotros siempre abordamos este tema con un sentido práctico y con un sentido social, y lo digo con esta claridad: en los últimos 40 años el que más aumentos reales ha hecho al salario mínimo ha sido este gobierno”, sostuvo Duque hace una semana.