Japón es destino prioritario para la moda flamenca debido a la importante penetración del baile y cante flamenco en la cultura nipona. Con más de 650 academias de flamenco contabilizadas, 50.000 estudiantes y unos 80.000 profesionales del sector, ya se considera la segunda potencia mundial del flamenco, tras España.
Constituye, por tanto, un gran destino de oportunidades para la cartera de empresas, en su mayoría familiares, que se dedican a la moda flamenca en Andalucía, las cuales mueven un volumen de negocio anual de unos ocho millones de euros, según la Asociación de Diseñadores de Moda Flamenca en Andalucía.
Para afianzar la presencia de la moda flamenca andaluza en Japón, Extenda ha vuelto a celebrar un año más un showroom de venta directa de productos de moda flamenca, en el que los principales importadores nipones han presentado los diseños de moda y complementos de 21 firmas andaluzas ante distribuidores y aficionados del país. El evento tuvo lugar el 12 de diciembre en el Instituto Cervantes de Tokio y contó con la presencia de más de 50 invitados.
Concretamente, los importadores que participaron en el showroom andaluz han sido Ardilla, Iberia, Kate Toss y Garo Garo. En el mismo, además de la propia muestra, se ha dado la posibilidad de efectuar pedidos y compras directas. Para ello, se ha contado con la colaboración de la Asociación Nipona de Flamenco (ANIF).
Las empresas onubenses cuyos diseños se presentaron en el showroom han sido Almoradux y El Ajolí.
De Sevilla, Fernández y Roche, Bordados Foronda, Artesanía Textil Ventura y Casas, Castañuelas del Sur, Castañuelas Filigrana, Peris Complementos, Florsali, Esiro Conarte, Amay Flamenco, Intexa, Fajardo Plaza, Creaciones Peira, Marina Flamenca, Fina Estampa Complementos y Artesanía Carvajal y de Málaga, R. de Raphael, Gisela, Creaciones Guadalupe Moda Flamenca, A. Osuna Olé Tus Zapatos.
Almoradux
Almoradux es una empresa andaluza de calzado, cuya fábrica se localiza en Valverde del Camino, que desde el año 2000 atiende a profesionales y aficionados del baile flamenco. Ofrecen el mejor calzado de baile flamenco a profesionales y aficionados repartidos por todo el mundo, de manera completamente artesanal.
"Un buen zapato flamenco es aquel que pisa bien y suena muy bien y que, al mismo tiempo, es cómodo, elegante y muy resistente. Solo existe una forma de conseguir que un par de zapatos reúna todas estas características: que sea fabricado manualmente por un maestro zapatero, siguiendo las técnicas artesanales de siempre", explican desde la empresa.
"No existe secreto, tan solo pureza y entrega en las manos de un artesano que vive el compás flamenco desde sus raíces y su más íntima esencia. Esto es lo único que garantiza que un zapato sea el más adecuado para cada pie, para el baile y para transmitir con sonido y movimiento toda la fuerza y la pasión del flamenco", añaden.
El Ajolí
Tienda de moda Flamenca dirigida por el diseñador Pepe Jiménez, que desde 1981, lleva elaborando trajes con unos diseños con sello propio.
Hoy en día siguen los pasos de su fundador sus hijas, Susana y Begoña Jiménez, que son parte de un equipo y un legado.
El Ajolí fue y sigue siendo moda cien por cien española, andaluza. Sus diseños respetan al máximo la antigua tradición del traje de flamenca y se adaptan cada año a las modas sin perder su originalidad y toques únicos. Por eso un 'Pepe Jiménez' es perfectamente reconocible.
Desde su taller en San Bartolomé diseñan y produce sus colecciones. En él se encuentran unas costureras muy especiales. Un grupo de mujeres locales, que saben lo que hacen, confeccionan las prendas y forman parte inseparable de la familia de El Ajolí.Lo hacen siguiendo la senda de lo tradicional, con respeto a antiguas técnicas de costura. "Es nuestro homenaje al gusto por lo bien hecho y por lo hecho a mano", cuentan desde la empresa.
Y todo con los mejores materiales. Las gasas, sedas naturales, algodones de primera. Los popelines, batistas perforadas, licras y puntos. Los adornos, elegidos con esmero y cariño, adecuados a la perfección con los tejidos. Todo ello inunda el taller de San Bartolomé y conforma las piezas que después se lucen con orgullo por tener detrás a los Jiménez.